Sweatshop

Sweatshop (Sweatshop 2009)
Director: Stacy Davidson
Productores: Laura Bryant, Ted Geoghegan
Guión: Ted Geoghegan, Stacy Davidson
Fotografía: Stacy Davidson
Música: Dwayne Cathy, Trevor Sholtis
País: Estados Unidos
Interpretes: Ashley Kay, Peyton Wetzel, Brent Himes, Julin, Jeremy Sumrall
Duración y datos técnicos: 87min Color

A eso de la medianoche y ya bajo los efectos de pastillas para la alergia (que trabajan como somníferos) decido ponerme a ver una película. El nombre de Sweatshop rápido surgió en mi mente, ya que la había conseguido recientemente y le tenía mucha curiosidad por lo que había podido leer de esta. A todo esto estoy considerando que me quedaré dormido rápido por los medicamentos y que solo lograría ver unos minutos de la película y tener una vaga noción sobre lo que trataba. Ya en los primeros minutos del filme me di cuenta de que equivocada había sido mi suposición, ya que funcionó de manera contraria a las pastillas que me había tomado, manteniéndome alerta durante toda la duración de la película.

Sweatshop trata sobre un grupo de punks/raves que van a tirar un fiestón, del cual planean sacar una buena cantidad de dinero. Llegan a un local que parece estar abandonado y el cual pinta perfecto para su propósito y deciden ambientarlo y empezar una pequeña fiesta privada, sin saber que esta no les duraría mucho, ya que el local ya estaba ocupado y los ocupantes tenían en mente tirar su propia fiesta.

Desde el principio de la película la historia carece de un trasfondo, algo de información sobre los protagonistas y antagonistas, y mientras transcurren los minutos te das cuenta que esta información nunca llegará. Pero a medida que pasa la historia te haces la pregunta: ¿es realmente necesario? Para mí la respuesta fue un rotundo no. El ámbito en el que se maneja Sweatshop es meramente el de entretener con visuales grotescos, jamás el de captar tu atención con una historia profunda o personajes complejos, y esto lo hace a la perfección.

Son los ocupantes de este edificio abandonado, un asesino psicópata al estilo Jason Vorhees pero mejorado y dos mujeres medias tocadas también y sedientas de sangre, los que mueven y dominan el ambiente en esta película. El asesino principal es un tío alto y fornido, el cual oculta su cuerpo detrás de un abrigo de piel de algún animal y su cara detrás de una máscara de soldador, y como arma (o juguete) usa un tubo tuneado con nada menos que un yunque (como los que veíamos en las caricaturas), el cual maneja como si fuera de papel y con el que nos regala unos cuantos momentos de lo más interesantes. Este villano me parece una propuesta que toma elementos clichè de muchos otros villanos famosos, combinados con un buen toque de originalidad.

La dirección de Stacy Davidson me pareció muy interesante también. Con una limitada experiencia en dirección y un presupuesto algo ajustado, logra crear un tremendo ambiente que ayuda a impulsar el propósito de la película: disfrutar de un buen «slasher» ( o quizás mejor «smasher») al estilo de los ’80, reforzado con unas interpretaciones bastante buenas y una mejor banda sonora. Las tomas de cámara merecer también su merito, ya que hacen un buen trabajo, sobre todo en las tomas donde te ponen en el punto de vista del asesino. Las interpretaciones son bastante decentes, sobre todo para una película de bajo presupuesto, encabezadas por Ashley Kay, Peyton Wetzel y Julin como parte del grupo de punks/raves y Jeremy Sumrall como «La Bestia», quienes no han sido parte de ningún proyecto mayor.

En fin, Sweatshop es una película para disfrutar, sobre todo si es entre colegas. Es un buen trabajo de masacres y torturas que se enfoca precisamente en esto; la historia es superficial y casi inexistente, pero tampoco hace falta, ya los visuales se encargaran de mantener tu atención.

Valoración: 6.5/10

Autor: Lestad

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