Something Wiked This Way Comes (1983)

Ferias itinerantes. Próxima parada, el mal.

Walt Disney Productions —nombre que le dieron Walter Elias Disney y su hermano Roy O. Disney cuando la fundaron en 1923, actualmente The Walt Disney Company, conocida a nivel popular como Disney—, tuvo una primera edad dorada hasta mediados de los 60 convirtiéndose en un estandarte del cine de animación y del sector infantil. Sin embargo, tras la muerte de Walt en 1966, los estudios se adentraron paulatinamente en una etapa de descontrol y desorientación que se agravó durante la década de los 70 y llegó a sus cotas de mayor sinsentido en la década de 1980. La sensación que uno tiene al ver el recorrido de la compañía es que en este período habían perdido de vista el target al que querían llegar y la desesperación por los distintos fracasos comerciales les había llevado a disparar en todas las direcciones intentando acertar, aunque fuera de chiripa, en algún segmento del público que respondiera a sus producciones. Es así como vemos que Disney en los 80 produce títulos muy dispares tanto en animación como en imagen real. Así vemos en la animación títulos como Tod y Toby (The Fox and the Hound, Ted Berman y Richard Rich, 1981) o Taron y el caldero mágico (The Black Cauldron, Ted Berman y Richard Rich, 1985). Entre los films de imagen real destacarán la adaptación de los cómics i dibujos animados Popeye (Ídem, Robert Altman, 1980) convertido por Altman en un musical, El dragón del lago de fuego (Dragonslayer, Matthew Robins, 1981) una historia de fantasía con dragones y efectos de Industrial Light & Magic, Condorman (Ídem, Charles Jarrot, 1981), la revolucionaria cinta de ciencia ficción Tron (Ídem, Steven Lisberger, 1982), Fuga de noche (Night Crossing, Delbert Mann, 1982) una curiosa historia basada en hechos reales ambientada en la Alemania del Muro con John Hurt y Beau Bridges, Oz, un mundo fantástico (Return to Oz, Walter Murch, 1985) basada en la novela de Frank L. Baum, El vuelo del navegante (Flight of the Navigator, Randal Kleiser, 1986) una historia de abducciones, alienígenas y viajes en el tiempo o el título que nos ocupa, El carnaval de las tinieblas[1] (Something Wicked this Way Comes, Jack Clayton, 1983) basada en una novela de Ray Bradbury. Como podemos ver Disney apostó fuerte por la películas de imagen real con cierto componente fantástico aunque sin tener muy claro el verdadero público al que debían ir destinadas.

En este caldo de cultivo nace el proyecto de la adaptación de la novela La Feria de las tinieblas[2] de Ray Bradbury (Crónicas marcianas, Fahrenheit 451) a la gran pantalla, autor de referencia dentro del género que ha influenciado la obra de grandes autores como Stephen King. El título de la novela fue tomado por Bradbury del acto IV del Macbeth de William Shakespeare: «By the pricking of my thumbs / Something wicked this way comes».

El encargado de dirigir el filme Something Wicked this Way Comes sería Jack Clayton mientras que el guión correría a cargo del mismísimo Ray Bradbury, que en cierto modo garantizaba una buena adaptación del libro. Sin embargo como la visión más familiar de Clayton chocaba con la de Bradbury, más cercana a la novela y por lo tanto más oscura, contrató a última hora a John Mortimer, en parte por petición de los estudios, para que revisara el guion final de Bradbury[3]. Jack Clayton había dirigido seis películas hasta la fecha, destacando Suspense (The Innocents, 1961) una adaptación libre de la novela Otra vuelta de tuerca de Henry James y su adaptación de El gran Gatsby (The Great Gastby, 1974), adaptación de la novela de título homónimo de Scott Fitzgerald, por lo que ya tenía experiencia en adaptaciones literarias y con el género fantástico, en este caso de terror y suspense con espíritus.

La historia narra como la llegada de una misteriosa feria ambulante a la tranquila población de Greentown, comandada por Mr. Dark (Jonathan Price), trastoca la vida de todos los vecinos, y especialmente la de los dos protagonistas Jim Nightshade (Shawn Carson) y Will Halloway (Vidal Paterson) así como la de su padre Charles Halloway (Jason Robards). Pronto descubrirán que la misteriosa feria y Mr. Dark pueden cumplir los deseos de la gente de volver a ser joven, si bien la contrapartida es cuanto menos siniestra.

El relato ahonda en el tránsito de los dos niños hacia la adolescencia y del paso del tiempo, de la pérdida de la ilusión y la imaginación (la chispa de la vida) en la madurez, retratado en el padre Halloway y sus conciudadanos que desean volver a ser niños, con un toque bastante siniestro de la mano de la oportunidad que representa Mr. Dark, quién posee además trazos de otro personaje de Bradbury muy interesante, El hombre ilustrado[4]. La feria representa la oportunidad de volver atrás, la tentación, pero por la que hay que pagar un precio, una especie de pacto con el diablo en el que se pierde mucho más a cambio de lo que se recibe[5], y aparece de nuevo como ese lugar oscuro y misterioso habitado por extraños seres más cercanos a los fenómenos y a los outsiders sociales, si bien en este caso, los feriantes son realmente seres sobrenaturales, una verdadera feria de fenómenos, aunque fenómenos del lado oscuro.

El filme es una correcta adaptación del libro, para eso la adaptó su mismo autor, pero sin embargo el resultado final parece que no fue el original, y desde luego la cinta tiene carencias importantes en muchos sentidos, incluyendo el guion.

Tras las proyecciones preliminares, que no funcionaron como se imaginaba, se llegó a la conclusión de que había que hacer una serie de ajustes en el montaje. Casi un año después de terminar su rodaje, desde Disney se consideró que había que filmar nuevas escenas, como la terrorífica de las arañas, con los consabidos cambios de estatura en los protagonistas —que puede apreciarse claramente en el visionado del filme— y se eliminó la banda sonora original compuesta por Georges Deleure, oscura y dramática, para ser sustituida por una más ligera y luminosa creada por James Horner que en aquel  momento ya había realizado la banda sonora de unos quince títulos entre ellos La dama de rojo (The Lady in Red (The Dillinger Masacre), Lewis Teague, 1979), Humanoides del abismo (Humanoids from the Deep, Barbara Peters, Jimmy T. Murakami, 1980), La mano (The Hand, Oliver Stone, 1981), Krull (Ídem, Peter yates, 1983), etc… pronto despuntaría con bandas sonoras de filmes como Alien. El regreso (Aliens, James Cameron, 1986), Willow (Ídem, Ron Howard, 1988), Avatar (Ídem, James Cameron, 2009), The Amazing Spider-Man (Ídem, Marc Webb, 2012) entre muchísimas más convirtiéndose en un compositor de referencia en Hollywood.

Uno de los peores problemas que tiene el filme, si bien es algo menor, son los paupérrimos efectos especiales, todo a base de fogonazos de luz y poco más, pero el principal radica en su falta de posicionamiento hacia la esencia original de la novela, por un lado, y en su desarrollo general del filme, aunque bien dirigido a grandes rasgos por Clayton, quién sabe manejar muy bien a los niños, en su tercio final la cinta decae en un precipitado desenlace plagado de Deux ex Machina imperdonables.

Something Wicked this Way Comes contó con un presupuesto de casi 19 millones de dólares y recaudó poco menos de la mitad en taquilla (8,4 millones de dólares según el box office), en gran parte fruto del desacierto y la desorientación a la hora de definir un target al pretender una película para niños, que obviamente era más para adultos y que finalmente no encontró su público.

Pese a la insípida acogida la cinta ganó en 1984 el Saturn Award a mejor película de género fantástico y mejor guión, y fue nominada a cinco categorías más, entre ellas la partitura de James Jorner a la mejor música y la interpretación de Jonathan Pryce como actor secundario. El filme también fue nominado a los Premios Hugo en la categoría Best Dramatic Presentation y al premio del jurado en el Avoriaz Fantastic Film Festival.


[1] A su vez influenciada por la novela corta El circo del Dr. Lao de Charles G. Finney. Existe una reedición reciente de 2006 en español de la editorial Berenice.

[2] Something Wicked This Way Comes de 1962. En España se puede encontrar publicada por Minotauro.

[3] WELLER, SAM. The Bradbury Chronicles: The Life of Ray Bradbury. Editorial Harper Perennial. New York. 2005. pp. 306–309.

[4] Personaje que aparece en el libro de relatos de título homónimo que protagoniza una de las historias que hilvana el resto, un total de dieciocho, en las que se reflexiona sobre la naturaleza humana y los resortes psicológicos de esta. El hombre ilustrado es un misterioso personaje tatuado cuyos tatuajes poseen “vida”, están animados y cada uno cuenta una historia. En el caso de Mr. Dark sus tatuajes parecen contar la historia de las almas que se ha tragado la feria en sus intercambios. El libro El hombre ilustrado también tuvo una adaptación cinematográfica en 1969 dirigida por Jack Smight de resultado dudoso. En España El hombre ilustrado fue editado por Minotauro en 1998.

[5] La puesta en escena de la novela recuerda claramente a los inicios de muchas de las historias de Stephen King, deudor de Bradbury, el pequeño pueblecito, la presencia de los niños protagonistas, y esta especialmente hace pensar en La tienda de King.

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