DIA 3. El fin del mundo llega y De Palma lo salva.

Después de dos días de ambular entre lo dulce y lo amargo, más de lo segundo que de lo primero, llega otro día repleto de promesas en la parrilla de Sitges. Solo dos días después de haber empezado el festival acuciamos el cansancio, en parte por los madrugones para reservar invitaciones de prensa, en parte por la frustración de no conseguirlas, y por supuesto por las pocas horas de sueño que hemos conseguido sumar. La emoción y la decepción ya tienen ese efecto en mi persona, no me dejan dormir.

 

Mindscape

Se trata de la opera prima de Jorge Dorado, un thriller con voluntad internacional, como muchas otras del actual panorama nacional (Retornados, Grand Piano) a priori venida a llamar la atención de público y crítica. Sin embargo no cumple. Una historia que recuerda al Nolan de Inception planteando la historia en diversas capas una dentro de la otra, como si de una matrioska se tratara, pero al tiempo muy alejada de la habilidad de este director. La cinta finalmente no convence, en parte porque se le ven las costuras de una hora lejos. Pese al interesante planteamiento inicial todo planteamiento posterior se resuelve demasiado obvio y los giros de guión no tienen el efecto deseado, las pretendidas sorpresas nacen muertas desde el momento en el que se exponen de manera torpe y subestimando en parte al espectador, por eso el director tiende a exponerlas de manera que no haya duda de lo que está sucediendo eliminando la sorpresa. Por supuesto la cinta es más que correcta en su realización pero adolece de demasiadas errores de planteamiento.

 

The World’s End

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La cinta que cierra la trilogía compuesta por Zombies Party (Shaun of the Dead) y Arma Mortal (Lethal Weapon), dirigida nuevamente por Edgard Wright, presenta un planteamiento centrado en una reunión de antiguos amigos, bebedores de cerveza, que acaba desenmascarando una invasión alienígena. A través de una composición que combina comedia y ciencia ficción, con más acierto en lo segundo que en lo primero, Wright apela especialmente a esa generación de casi cuarentañeros que sienten que algo se les ha escapado en la vida, que se sienten estafados frente a las promesas de que todo iba a ir bien al entrar en la edad adulta. Al final la historia de viejos amigos con deudas pendientes entre ellas, no solo económicas, es perfectamente extrapolable a cualquier país y momento, es un planteamiento universal con el que el espectador puede conectar fácilmente, otra cosa es que nos haga reír con la simplicidad y sobado uso de un humor mediocre tirando a bajuno o nos entretenga con la historia de la invasión alienígena. Si bien me decanto por la segunda parte de la cinta en la que aparecen los peculiares invasores, deudores de La invasión de los ultracuerpos, homenaje de hecho, en la que estos parecen dispuestos a realizar versiones mejoradas de los loosers que habitan en Newton Haven probablemente de este mundo infecto y corrupto. Entretiene sí, pero poco más, el resto son magnificaciones de algo que no es ni de lejos una gran película a ningún nivel.

 

Después de una decepción personal, pero una alegría apara la mayoría del público, hablo de The World’s End, nos adentramos en el AuditoriAuditori para ver The Call con muchas reticencias pero sorprendentemente nos alegra la mañana y es que nunca se pueden juzgar nada por las apariencias.

 

The Call

La nueva película de Brad Anderson, a quién personalmente le puse una marca tras su más que mediocre Vanishing on 7th Street, nos sorprende con esta cinta trepidante. Un thriller protagonizado por la belleza Halle Berry, con un pelazo afro que es de alucine, que interpreta a una agente telefónica del 911 (emergencias). the-call-imagen

La cinta no da un momento de respiro al espectador, dinámica en su trama y en su montaje, apasionada, vertiginosa y angustiante al mismo tiempo nos centra en una llamada que recibe Halle Berry, operadora traumatizada tras asistir a un asesinato vía telefónica mientras trata de ayudar a una chica que informa sobre un asalto a su casa, por parte de una chica que ha sido secuestrada y viaja en el interior del maletero de un coche. Si obviamos el nefasto final tan made in USA en el que se aboga por centemillonésima vez a que los americanos están por encima del bien y de mal, y de la justicia, y que el ojo por ojo es algo más que factible, la película funciona a las mil maravillas.

 

Por la tarde empezamos con las bizarradas, que alguna tiene que tener lugar también, y nos vamos a Brigadoon donde presento desde Tyrannosaurus Entertainment el tercer largometraje de Manolito Motosierra junto a Marc Gras, que se proyecta en la sección Brigadoon con una sala repleta hasta la bandera.

 

Carnívoros

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Gore, caspa, anticine…brutalidad llevada hasta el extremo más salvaje donde la casquería, la vulgaridad, el humor grueso y la escatología hacen de abanderados de este director zumbado donde los haya, Manolito Motosierra. Una película de metraje escaso pero con muy mala leche que da lo que promete diversión extrema y descerebrada. Muy recomendable para los amantes del splatter.

 

En esta edición la sección Seven Chances cumplía 20 años, se puso en funcionamiento en 1993, el mismo año que yo empecé a acudir al festival como espectador. Seven Chances año tras año ha ofrecido una selección de 7 películas sin distribución en nuestro país que se han considerado capitales para la cinematografía. Gracias a esta loable sección, este año hemos podido ver la última película de Bryan De Palma que incomprensiblemente no ha llegado a estrenarse en España, Passion, cuya proyección contó previamente con una intervención del responsable de su maravillosa banda sonora, Pino Donaggio, también presente en este festival con la BSO del remake de Patrick, quién había sido premiado con una Máquina del tiempo.

Passion

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La ultima cinta del maestro de Palma es un sincero y honesto, malinterpretado, auto-homenaje que aglutina todo su ideario fílmico de manera concentrada. Godar decía que para hacer una película solo es necesario una chica y una pistola, y De Palma que no se conforma con tan poco, nos pone en escena a dos mujeres una rubia y una morena como antagonistas, supuestas amigas y colegas de trabajo, jefa y subordinada, que acaban por convertirse en némesis una de la otra. Al fin de cuentas esto a De Palma le encanta y en Passion recoge aquellos de sus elementos preferidos, el otro, las máscaras, el asesino, planos secuencia interminables, ascensores, guantes de piel negros, navajas de barbero, máscaras…y urde una trama poblada por elementos físicos y diegéticos que juegan a favor de la narración audiovisual por encima de la historia per se. Una película giallesca imprescindible para todos sus seguidores, con la que De Palma retoma el cine tras 5 años de silencio después de Redacted. Magníficas Noomi Rapace (morena) y Rachel McAdams (rubia) que se disputan el mismo hombre y el prestigio laboral en un auténtica lucha de mantis.

 

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