EL JOROBADO DE LA MORGUE

EL JOROBADO DE LA MORGUE (1972, ESPAÑA)

Director: Javier Aguirre /

Productores: Eva Film, Janus Films/

Guión: Javier Aguirre, Alberto S. Insúa, Jacinto Molina /

Fotografía: Raúl Pérez Cubero /

Música: Carmelo A. Bernaola /

Montaje: Petra de Nieva /

Intérpretes: Paul Naschy, Rosanna Yanni, Víctor Alcázar, María Elena Arpón, Manuel de Blas, Antonio Pica, Kino Pueyo

Duración y datos técnicos: 87 min. color.

Cuando se habla de la figura del mad doctor en el cine fantástico y de terror estatal, uno tiende a asociarla directamente al mítico Dr. Orloff. Un personaje clave de nuestra cinematografía creado por Jesús Franco en la lejana Gritos en la noche (1961) y que tuvo continuidad tres años después con El secreto del Dr. Orloff  (1964).
Franco volvería a adentrarse en ese oscuro terreno un año después con Miss muerte (1965) y, ya en los ochenta, lo retomaría con su última gran obra hasta el día de hoy: Los depredadores de la noche (1988).
Aunque Jesús Franco ha sido de los pocos que han tratado en sus películas una vertiente del cine de terror tan siniestra y misteriosa como la figura del mad doctor, no ha sido el único. León Klimovsky, con Odio mi cuerpo (1973); Jordi Gigó, con La perversa caricia de Satán (1973); José Luis Merino, con La orgía de los muertos (1973), y Javier Aguirre, con El jorobado de la morgue (1972), han sido otros casos. Y es en éste último donde vamos a detenernos.

A partir de un argumento de Javier Aguirre y Jacinto Molina, Alberto S. Insua y Aguirre firman un guión(1) (en el cual también deciden incluir el nombre de Jacinto) sobre los experimentos del siniestro mad doctor Orla, interpretado por Alberto Dalbes, y donde Gotho, un jorobado bordado magníficamente por Paul Naschy(2), decide ayudarle por amor a Ilse (María Elena Arpón) sin tener en cuenta lo que le deparará el futuro y menos el horrible trasfondo de los experimentos del Dr. Orla.

En pleno auge del Fantaterror Español(3) y con un Paul Naschy incansable, el director donostiarra realizaba una soberbia película de terror (casi a la vez que dirigía otra incursión suya en el género, El gran amor del conde Drácula [1972]), que daba como resultado un título indiscutible de nuestra cinematografía. En él, el terror, el amor, la muerte y otros tantos elementos se unen magníficamente para adentrarse en una historia con referencias a la necrofilia, los monstruos y una vital y necesaria figura de un mad doctor sin escrúpulos capaz de cualquier cosa por ver los resultados de unos experimentos dañinos para el círculo de personas que le rodean.

Aguirre, con unas localizaciones tenebrosas, como la morgue y las galerías subterráneas (vitales para la historia) y un buen reparto formado, entre otros, por Maria Perschy, Vic Winner, Rossana Yanni, Manuel de Blas y Antonio Mayans, logra perfectamente su cometido en el film, apoyado también por una correcta fotografía y una buena puesta en escena. En aquel subsuelo lleno de terroríficos pasadizos, una aterrorizada Maria Perschy nos dejará una de las escenas más míticas del cine de terror español: cuando se encuentra sola y perdida en los pasadizos con un hombre de rostro deforme que, a sus espaldas, lleva un cadáver atado, ¡magnífico! De esta forma su realizador firma una película convertida hoy en día en film de culto a nivel mundial y de la que Naschy, en vida, sacó mucho partido explicando tremendas batallas que tuvo que lidiar con las ratas que comían el cadáver de su amada Ilse y que, posteriormente, le atacaron ferozmente(4).

Una música inicial demasiado festiva para los acontecimientos que pasan a relatarse —algunos de ellos sádicos y crueles y que, en su totalidad, recaen, para bien o para mal, en Gotho— pasará a acompañarnos buena parte del film hasta volverse finalmente un poco irritante.
Los extraordinarios efectos especiales de Pablo Pérez —¡muy gore para la época!— y el excelente maquillaje de Miguel Sesé se complementan espléndidamente con la realización de Aguirre para mostrarnos, al final del film, una bestia feroz y salvaje, fruto de unos experimentos descontrolados, y donde nuestros protagonistas sufrirán un final agónico.

Autor: Diego López
El Buque Maldito

(1). El guión del film fue premiado en 1976 en el Festival Internacional de Amberes. El premio lo recogió Paul Naschy sin aviso previo a su realizador. Javier Aguirre se enteró diez años después de haber ganado.
(2). Trabajo que sería recompensado con el Premio Especial de Interpretación Georges Méliès en el Festival Internacional de Cine Fantástico de París en 1973.
(3). 1972 fue quizás uno de los años más importantes en España para el género de terror en dicha década. Títulos emblemáticos como El espanto surge de la tumba, Ceremonia sangrienta, Pánico en el Transiberiano o La novia ensangrentada datan de aquel prolífico año.
(4).Unas declaraciones que su realizador ha desmentido en diversas ocasiones ya que los actores estuvieron expuestos a pequeñas ratas blancas de laboratorio pintadas de gris.

 

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3 comentarios

  1. Creo que más a Aguirre que al propio Nashy (o a su hijo…).

    Es evidente que las afirmaciones de Jacinto Molina hay que cogerlas con pinzas, a pesar de que algunas tan poco creibles e incongruentes como el interés que supuestamente despertó en Spielberg, han llegado a trascender como verdades incuestionables. ¿Es posible que fuera mitómano o al menos tuviera rasgos de mitomanía?.

    Gracias Diego por el artículo y espero con ansia el nuevo número de El buque maldito y la entrevista a Javier Aguirre.

  2. Hola, Luis.

    Respondo a tus dos cuestiones.

    1). Según explica Javier Aguirre, el argumento estaba escrito entre ambos, Paul Nachy y él, pero el guión original no. El guión, que nace de dicho argumento, es de Javier Aguirre y Alberto S. Insua, siendo este último el encargado de todos los diálogos. Finalmente, debido a su trabajo en el argumento, Javier y Alberto deciden incluir también a Paul. En la extensa entrevista que publicaré en el número 15 de El Buque Maldito con Javier Aguirre explica todo más detalladamente.

    2). Del tema de las ratas también habla Javier Aguirre en la entrevista y dista mucho de la historia que contaba Paul Naschy, es más, su realizador dice textualmente lo siguiente: «En Sitges, durante una entrevista que me hicieron unos holandeses, Paul me dijo: “Javier, no cuentes eso, que lo interesante es darle un poco de dramatismo”. Siento no poder colaborar en esto con Jacinto, si me preguntan, digo la verdad. Las ratas que le atacaron eran unas inocentes ratas blancas de laboratorio pintadas de gris. Esta es la verdad. Aunque debo decirte que es una cosa que no me molesta». Son palabras de su realizador.

    Un saludo.

    Diego López

  3. Interesante artículo sobre una más que interesante película a todos los niveles como bien apunta Diego. Sólo encuentro dos pequeños detalles que creo que vale la pena puntualizar.

    1) Dudo mucho que se incluyese el nombre de Paul en la autoría del guión, ya que lo he tenido entre mis manos, y todavía está en posesión de su hijo Sergio, y al igual que la sinopsis del film está escrito de puño y letra del propio Jacinto. Lo que solía hacerse con los guiones en esa época era justo al contrario. Un guionista escribía el borrador del guión que luego se corregía y se añadía, normalmente aunque no siempre, el nombre del director.

    2) Las ratas que pueden verse en el film, distan mucho de ser pequeñas ratas blancas de laboratorio. Paul me contó que era ratas que el instituto Ibis recogía de la calle para experimenar con ellas y que antes de rodar la escena, para el ataque se las privó de alimento. ¿Alguién ha visto saltar, de la manera que éstas lo hacen en el film, a una rata de laboratorio?

    Un saludo a todos y mi enhorabuena por el artículo y el especial.

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