{"id":8348,"date":"2012-01-03T22:31:06","date_gmt":"2012-01-03T20:31:06","guid":{"rendered":"http:\/\/www.diosesymonstruos.com\/?p=8348"},"modified":"2013-05-30T14:42:24","modified_gmt":"2013-05-30T12:42:24","slug":"acolytes","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/2012\/01\/acolytes\/","title":{"rendered":"ACOLYTES"},"content":{"rendered":"

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ACOLYTES. (AUSTRALIA, 2008)<\/strong><\/p>\n

\"\"<\/a>Director:<\/strong> John Hewitt\/<\/p>\n

Productores:<\/strong> Stewart and Wall Entertainment\/<\/p>\n

Gui\u00f3n:<\/strong> Sp Krause, Shane Armstrong, John Hewitt\/<\/p>\n

Fotograf\u00eda:<\/strong> David Franzke\/<\/p>\n

Pa\u00eds: <\/strong>Australia\/<\/p>\n

M\u00fasica: <\/strong>Mark Pugh\/<\/p>\n

Int\u00e9rpretes:\u00a0<\/strong> Joel Edgerton, Michael Dorman, Sebasti\u00e1n Gregory, Hanna Mangan-Lawrence, Joshua Payne\/<\/p>\n

Duraci\u00f3n y datos t\u00e9cnicos:<\/strong> 81 min. Color.<\/p>\n<\/div>\n

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El a\u00f1o 2008 se present\u00f3 como un periodo muy productivo para el cine de terror australiano. Pel\u00edculas como \u201cLake Mungo\u201d (2008) o \u201cDying Breed\u201d (2008), se presentaban en las salas acompa\u00f1ando a la que ahora nos ocupa, \u201cAcolytes\u201d (2008) de Jon Hewitt.<\/p>\n

La historia se teje con dos muchachos llenos de secretos, una especie de psic\u00f3pata para nada al uso, una joven que sirve de elemento principal para mantener una pretendida tensi\u00f3n sexual y el cad\u00e1ver de otra joven que bien me pudo recordar a la m\u00edtica Laura Palmer.<\/p>\n

Lo que en principio y sobre el gui\u00f3n podr\u00eda vislumbrarse como una t\u00f3pica historia de thriller de terror, acaba convirti\u00e9ndose en un ejercicio de estilo genuino y personal, donde se advierten multitud de influencias interesantes pero donde John Hewitt consigue estilar un muy particular y mezquino universo.<\/p>\n

\"\"<\/a>El sombr\u00edo, lejano y solitario ambiente forestal sirve para enviar un mensaje de acritud hacia el espectador y los personajes, conformando as\u00ed su estilo macabro, so\u00f1ador y en su esencia bastante lyncheano. La intimidad, la soledad de los bosques, el paraje solitario que ofrece el barrio residencial donde ocurren los hechos, sirve como perfecta ambientaci\u00f3n para cometer las atrocidades interiores mas deshonestas e impuras.<\/p>\n

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Este largometraje quedar\u00eda definido como un t\u00edpico y t\u00f3pico largo de terror, en sus propuestas narrativas, realizado con ese estilo tan personal del autor, que bebe de muy diversas fuentes. Esa fusi\u00f3n entre tensi\u00f3n sostenida y golpes de terror t\u00edpicos, con su golpe sonoro sincronizado, provocados a modo de rel\u00e1mpagos, por su celeridad y efectividad definen a esta curiosa obra. El resultado final est\u00e1 muy lejos de ser espectacular, pero deja un mont\u00f3n de detalles y buenas intenciones por parte de Jon Hewitt. A las caracter\u00edsticas b\u00e1sicas de un thriller de terror, el autor a\u00f1ade un tono detectivesco, que resulta efectivo y entretenido aunque queda en cierto modo empa\u00f1ado, por esos personajes adolescentes. Si el gui\u00f3n hubiera planteado\u00a0 personajes adultos con algo m\u00e1s de profundidad y an\u00e1lisis de caracteres, la apuesta habr\u00eda sido realmente apetecible. A\u00fan as\u00ed, esta idea de tratar personajes que son pr\u00e1cticamente ni\u00f1os, le ofrece al director una herramienta eficaz a la hora de ejecutar las escenas m\u00e1s terror\u00edficas, ya que facilita que el espectador se retuerza ante lo macabro que resultan esas escenas, precisamente por la edad de sus personajes.<\/p>\n

\"\"<\/a>Tiene referencias a Mad Max (1979) y a la tradici\u00f3n de cine de terror australiano en especial gracias a un deportivo negro, que en algunas escenas consigue producir cierta incomodidad y tambi\u00e9n a \u201cLargo fin de semana\u201d (\u201cLong Weekend\u201d, 1978) por ese especial logro dotar a la naturaleza de entidad y alma y de conseguir dejar la sensaci\u00f3n de que acecha a los protagonistas como si tuviera voluntad. Pero las influencias no se quedan ah\u00ed. Al tratarse de la primera cinta profesional del director, destaca el inter\u00e9s que ha tenido a la hora de reflejar los estilos de directores que admira. Se perciben a parte influencias, como digo de David Lynch, sobre todo de \u201cTwin Peaks\u201d (1990) de \u201cPsicosis\u201d (\u201cPsycho\u201d, 1960) de Hitchcock, y en esa tradici\u00f3n australiana del \u201cPatrick\u201d(1978) de Richard Franklyn. Todas estas influencias son buenas para la cinta, aunque por momentos, alejen la atenci\u00f3n del espectador fuera de la propia narraci\u00f3n.<\/p>\n

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Si los actores no rozar\u00e1n la mediocridad, podr\u00eda haber sido una mejor pel\u00edcula, pero a esa buena direcci\u00f3n, le faltan int\u00e9rpretes que puedan hacernos sentir cierta empat\u00eda o una mayor identificaci\u00f3n con sus causas, que por otra parte, es a veces nula. Excepto la actuaci\u00f3n de Joel Edgerton, que tambi\u00e9n hemos visto en\u00a0 \u201cAnimal Kingdom\u201d (2010) y \u201cLa Cosa\u201d (The Thing, 2011), las interpretaciones son simplemente del mont\u00f3n.<\/p>\n

El uso de un \u201cRosebud\u201d particular representado como una mariposa o incluso el dise\u00f1o de vestuario, con esas camisetas, valga la redundancia, de dise\u00f1o, van tejiendo distintos componentes destinados a la idea final de hacer una pel\u00edcula con una clara vocaci\u00f3n independiente; y definiendo la mejor virtud de esta cinta, que es la direcci\u00f3n de Jon Hewitt. Merece la pena verla, simplemente por advertir ese gran trabajo de direcci\u00f3n, aunque el gui\u00f3n haga aguas m\u00e1s de una vez. Los planos contrapicados con los \u00e1rboles de fondo, creando un efecto que alarga las figuras de los actores de forma muy sugerente, el trato y el uso de la c\u00e1mara como un personaje m\u00e1s, desconocido para el espectador dejan al descubierto una habilidad muy interesante del director para el suspense. Am\u00e9n de esos planos a contraluz tan interesantes.<\/p>\n

\"\"<\/a>Este a veces mediocre gui\u00f3n, puede por momentos producir cierto tedio y la actitud mocosa de sus protagonistas le hace perder enteros, pero a\u00fan as\u00ed se disfruta como un ejercicio de personalidad. A\u00fan as\u00ed plantea recursos entretenidos, como el uso de los recuerdos como arma para aterrar al espectador, a modo de flashbacks que sin ser original, consigue causar un efecto de acritud y tensi\u00f3n, pero comete el error m\u00e1s cl\u00e1sico. Esos t\u00edpicos golpes sonoros que sirven para asustar, cuando la propia imagen flaquea. El componente dram\u00e1tico de la cinta, en su realidad familiar y en el sentimiento paterno-filial que va desgranando a lo largo de las secuencias, favorece al peque\u00f1o universo personal que el autor pretende implementar.<\/p>\n

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La fotograf\u00eda de David Franzke posee cierto encanto y logra ambientar de forma a veces buc\u00f3lica las escenas. Crea la sensaci\u00f3n de que siempre est\u00e1 a punto de llover, con cielos repletos de nubes con tonos gris\u00e1ceos y azulados, muy en concordancia con lo que el director quiere contarnos. Hay planos de edificios muy del estilo de David Lynch, de colores puros, muy blancos, bajo ese cielo tormentoso, que dejan muy bellos fotogramas.<\/p>\n

La m\u00fasica de Mark Pugh con un tono muy independiente, aleja a la cinta de una forma m\u00e1s de los c\u00e1nones comerciales, aportando de nuevo un toque \u201cunderground\u201d al conjunto est\u00e9tico.<\/p>\n

El buen trato que se le da a los efectos especiales en las escenas m\u00e1s violentas, como las ralentizaciones de las escenas, aumenta el efecto de la violencia de forma subliminal.<\/p>\n

Una apuesta de terror diferente, con los mimbres m\u00e1s cl\u00e1sicos.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"