The Blair Witch Project (1999)<\/dd>\n<\/dl>\n<\/div>\nMis amigos los veros\u00edmiles.<\/em> As\u00ed, el genio Hitchcock llamaba a sus detractores en la arquitectura de su suspense. Estos mismos se habr\u00e1n revuelto en sus butacas al ver Monstruoso<\/em><\/strong>. Porque eso del amor es muy bonito, pero vamos, a Rob se le muere el hermano y lo \u00fanico que le importa es ir en busca de Beth. E incompresiblemente el resto de personajes le siguen detr\u00e1s. Una fugaz conversaci\u00f3n telef\u00f3nica de Rob con su madre, mientras est\u00e1n en el metro, les sirve a los guionistas, para demostrar que el personaje est\u00e1 afligido por la muerte de su hermano (de la que ha sido testigo in situ en el puente de Brooklyn). Aquello de que estamos ante actores menguados es quedarse corto. Algo que hubiese ayudado para disimular la liviandad de un gui\u00f3n bajo m\u00ednimos. Siguiendo con lo mismo, los veros\u00edmiles <\/em>tampoco aceptar\u00e1n que el voluntarioso camera man<\/em> Hud no deje de grabar en ning\u00fan momento, incluidos momentos muy cr\u00edticos para los personajes. Algo que f\u00e1cilmente se le pod\u00eda achacar a REC<\/em><\/strong>, (Jaume Balaguer\u00f3, Paco Plaza, 2007). \u00a0De acuerdo que estamos obsesionados con esa idea de dejar huella y filmarlo todo, pero nuestra vida tiene m\u00e1s valor que la grabaci\u00f3n que estemos realizando.<\/p>\nEn todo caso, son las reglas del juego que debemos aceptar para entrar de pleno en el placer gen\u00e9rico. Y as\u00ed, el aditivo que supone la entrada en acci\u00f3n de esa especie de aliens<\/em> embrionarios, no deja de ser m\u00e1s que un recurso de gui\u00f3n para dotar de m\u00e1s tensi\u00f3n a una pel\u00edcula que se acorta r\u00e1pidamente despu\u00e9s de transcurridos 30 minutos. Justo cuando entran al metro.<\/p>\nEn ese primer tramo es donde la pel\u00edcula juega su mayor baza y donde Matt Reeves pone apresuradamente toda la carne en el asador, incluido el golpe de efecto de la cabeza de la estatua de la Libertad, en l\u00f3gica equidistancia a lo que eran las Torres Gemelas para el skyline<\/em> neoyorkino. En su recreaci\u00f3n del p\u00e1nico y del caos vivido en Nueva York ante los atentados terroristas del 11 de septiembre, el film es muy efectivo ya que elude mostrar al ser voraz. El resto se sostiene como buenamente puede. La simulaci\u00f3n de la filmaci\u00f3n bajo una c\u00e1mara dom\u00e9stica, con los desenfoques habituales por el movimiento fison\u00f3mico de quien la maneja, los encuadres desva\u00eddos, los barridos fren\u00e9ticos y el montaje sincopado son ingredientes bien manejados para crear tensi\u00f3n junto con los gritos y una adecuada iluminaci\u00f3n macilenta, basada en el color de ne\u00f3n amarillento. Todo ello otorga una textura al film que hace que r\u00e1pidamente conectemos con el recuerdo de aquella tragedia vivida a trav\u00e9s de nuestros televisores. Un gui\u00f3n justo y unos actores (m\u00e1s) limitados no acaban por dar al traste con el punto de partida, pero en todo caso, Monstruoso<\/em><\/strong> tiene su valor por su poder de sugerencia y todo aquello que puede desprenderse de ella, que lo que es la pel\u00edcula en s\u00ed, excesivamente gaseosa.<\/p>\nAutor:<\/span><\/strong> Manu Arg\u00fcelles<\/p>\n
\n[1]<\/a> Aunque se estrenase dos a\u00f1os despu\u00e9s, Oren Peli, un a\u00f1o antes, pens\u00f3 lo mismo que los creadores de Monstruoso <\/em>para el subg\u00e9nero de las casas encantadas o fen\u00f3menos paranormales. El \u00fanico factor que hay que tener en cuenta es que Oren Peli no ten\u00eda a la Paramount <\/em>detr\u00e1s para que su proyecto viese la luz en su momento.<\/p>\n<\/a><\/p>\n<\/div>\n