{"id":12565,"date":"2020-09-02T18:27:39","date_gmt":"2020-09-02T16:27:39","guid":{"rendered":"http:\/\/www.diosesymonstruos.com\/?p=12565"},"modified":"2020-09-02T18:28:37","modified_gmt":"2020-09-02T16:28:37","slug":"deformidad-y-perdida-de-la-identidad-la-barraca-de-freaks-el-hombre-elefante-1980-de-david-lynch","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/2020\/09\/deformidad-y-perdida-de-la-identidad-la-barraca-de-freaks-el-hombre-elefante-1980-de-david-lynch\/","title":{"rendered":"Deformidad y p\u00e9rdida de la identidad. La barraca de freaks. \u00abEl hombre elefante\u00bb (1980) de David Lynch"},"content":{"rendered":"\n

\u00abYo no soy un monstruo\u2026 Soy un ser humano\u2026 Soy un hombre<\/em>.\u00bb <\/p>\n\n\n\n

(<\/em>Joseph Merrick en El hombre elefante)<\/em><\/p>\n\n\n\n

<\/p>\n\n\n\n

Las ferias de fen\u00f3menos tienen su origen en el S.XVI en Inglaterra, si bien entonces eran meros espect\u00e1culos mayoritariamente privados en los que se mostraban fen\u00f3menos de la naturaleza, que no eran otra cosa que casos cl\u00ednicos, en las que se exhib\u00eda a personas con deformidades como Lazarus, un hombre que llevaba a su hermano siam\u00e9s pegado en el pecho. Estos espect\u00e1culos t\u00edpicos de la \u00e9poca del reinado de Elisabeth I pronto se extendieron por Europa y los EEUU, sin embargo no ser\u00eda hasta bien entrado el S.XIX que tendr\u00eda lugar el boom de los agentes de fen\u00f3menos y los espect\u00e1culos de freaks. Las ferias de freaks se popularizar\u00edan en pleno proceso de industrializaci\u00f3n, en el que las ciudades colapsadas por la industria y el \u00e9xodo rural de personas en busca de trabajo en las f\u00e1bricas presentaban un clima extra\u00f1o y malsano en el que el ocio era un bien preciado. El proletariado se ve\u00eda abocado a largu\u00edsimas jornadas de trabajo en p\u00e9simas condiciones, es por ello que necesitaban una v\u00e1lvula de escape, y en gran parte esta lleg\u00f3 de la mano de los feriantes. En esta situaci\u00f3n, aparece como f\u00f3rmula de ocio las ferias itinerantes que inclu\u00edan espect\u00e1culos diversos relacionados con los extraordinario para la \u00e9poca: bailes ex\u00f3ticos (solo para hombres), espect\u00e1culos de magia, traga sables y traga fuegos y sobretodo, fen\u00f3menos. Estos \u201cfen\u00f3menos\u201d trabajaban para un manager que los exhib\u00eda a cambio de dinero. Algunos de los representantes m\u00e1s conocidos fueron P.T.Barnum, Tom Norman y a su manera tambi\u00e9n lo fue el Dr. Frederick Treves que fue el supuesto rescatador de Joseph Merrick (1862-1890)[1]<\/a>, pero tambi\u00e9n qui\u00e9n lo exhibi\u00f3 entre las clases altas victorianas. Muchos de estos hombres ten\u00edan fama de maltratadores (algo en lo que el film de Lynch pone mucho \u00e9nfasis), sin embargo parece que no siempre fue verdad, al fin y al cabo estos fen\u00f3menos eran su fuente de ingresos.<\/p>\n\n\n\n

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El verdadero Joseph Merrick<\/figcaption><\/figure>\n\n\n\n

Entre\ntodos estos fen\u00f3menos el Dr. Frederick Treves descubri\u00f3 en 1884 en una feria al\nllamado a un hombre afectado por una enfermedad que en \u00e9l se hab\u00eda manifestado\nde forma especialmente virulenta, el S\u00edndrome de Proteus, que hab\u00eda deformado\nel cuerpo y el rostro de Merrick de manera brutal, lleg\u00e1ndole afectar incluso\nal habla al que se le conoc\u00eda por el sobrenombre de el hombre elefante. Vivi\u00f3\nuna vida desgraciada, y su enfermedad no fue de nacimiento, sino que se le fue\ndesarrollando (a partir de los 5 a\u00f1os, aunque no fue hasta los 11 que ya era notable),\nhecho que hizo a\u00fan m\u00e1s traum\u00e1tico el proceso. Merrick fue repudiado por su\nfamilia, sobre todo tras la muerte de su madre, y al ver que no pod\u00eda conseguir\ntrabajo debido a su deformidad que le dificultaba realizar la gran mayor\u00eda de\ntareas, se le ocurri\u00f3 que si llamaba tanto la atenci\u00f3n de sus cong\u00e9neres,\nposiblemente querr\u00edan pagar para verle. As\u00ed fue como se decidi\u00f3 escribir a Sam\nTorr, un director de circo que le acogi\u00f3 y le dio trabajo exhibiendo sus\nparticularidades f\u00edsicas. Seg\u00fan Merrick, Torr nunca le maltrat\u00f3. En su autobiograf\u00eda\n\u00e9l explicaba con estas palabras el origen de su enfermedad: \u00abLa deformidad que exhibo ahora se debe a\nque un elefante asust\u00f3 a mi madre; ella caminaba por la calle mientras\ndesfilaba una procesi\u00f3n de animales. Se junt\u00f3 una enorme multitud para verlos\ny, desafortunadamente, empujaron a mi madre bajo las patas de un elefante. Ella\nse asust\u00f3 mucho. Estaba embarazada de m\u00ed, y este infortunio fue la causa de mi\ndeformidad\u00bb<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

En este contexto de las ferias de fen\u00f3menos en la que se centra la historia del filme que nos ocupa. Y una vez explicado esto, hay que aclarar que el filme de Lynch dista bastante de la realidad que vivi\u00f3 Merrick, ya que existe gran parte de ficci\u00f3n al no buscar este la realizaci\u00f3n de un biopic al uso que posiblemente hubiera sido un tremendo error. De hecho, la cinta posee el toque Lynch y pese al planteamiento formal realista no faltan los momentos en los que cierto ambiente on\u00edrico y de fantas\u00eda se desprenden de la narraci\u00f3n al m\u00e1s puto estilo de Cabeza Borradora<\/em>.<\/p>\n\n\n\n

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El hombre elefante<\/em> es el segundo\nlargometraje del realizador y artista pl\u00e1stico (y m\u00fasico?\u00bf) David Lynch, del\nque no me voy a extender en estas l\u00edneas por una mera cuesti\u00f3n de\nimposibilidad, tanto de s\u00edntesis como por espacio. Tras su debut con el\nextra\u00f1o, surrealista e impregnado por las vanguardias art\u00edsticas largometraje Cabeza Borradora<\/em> \u2014producci\u00f3n que se\nalarg\u00f3 durante m\u00e1s de cuatro a\u00f1os por su presupuesto \u00ednfimo y lo artesanal de\nla obra en la que Lynch hizo todo lo que pod\u00eda hacer y m\u00e1s\u2014, cuyo debut\ncomercial fue lamentable, la carrera de Lynch como director de cine no estaba\nni mucho menos garantizada. Pero por aquellas cosas de la vida, Lynch acab\u00f3\nsentado frente a Mel Brooks, qui\u00e9n buscaba director para El hombre elefante<\/em>, gracias a la intervenci\u00f3n de Stuart Cornfeld,\nproductor ejecutivo de Brooks en aquel entonces que hab\u00eda quedado extasiado\ntras ver la opera prima de Lynch: \u00abMe\nqued\u00e9 sencillamente alucinado \u2014recuerda\u2014.Pens\u00e9 que era lo mejor que hab\u00eda visto\nen mi vida. Una experiencia purificadora\u00bb<\/em>[2]<\/a>.\nLynch Y Cornfeld estaban intentando levantar el nuevo proyecto de Lynch,\n\u201cRonnie Rocket\u201d, pero al ver que no sal\u00eda, Lynch le pidi\u00f3 a Confeld que si\nsab\u00eda de alg\u00fan gui\u00f3n le avisara. Y as\u00ed fue como lleg\u00f3 El hombre elefante <\/em>a sus manos. El destino quiso que Brooks quedara\nimpresionado tras el visionado de Cabeza\nBorradora<\/em> y tras darle un abrazo a la salida de la sala de proyecciones y\ndecirle aquello de \u00abEres un loco, \u00a1te\nadoro! Te quedas\u00bb<\/em>[3]<\/a>,\ndecidiera contratarlo para llevar adelante la que es, sin duda, la pel\u00edcula de\nestilo formal y narrativo m\u00e1s cl\u00e1sico de la obra de Lynch, y no por ello menos\nLyncheana.<\/p>\n\n\n\n

El hombre elefante<\/em> es una cinta\ndesarrollada plenamente en la industria cinematogr\u00e1fica, algo totalmente\nopuesto a lo que hab\u00eda hecho hasta el momento David Lynch trabajando de lo\nartesanal, los bajos presupuestos y cierto amateurismo. Se trata de la\nadaptaci\u00f3n de la rocambolesca y sufrida vida de [4]<\/a>Joseph\nMerrick, el conocido \u201chombre elefante\u201d, como ya hemos comentado, afectado por\nuna terrible enfermedad que le deform\u00f3 todo el cuerpo hasta provocarle la\nmuerte a los 27 a\u00f1os. El mismo se describ\u00eda as\u00ed:<\/p>\n\n\n\n

\u00abMi cabeza mide 88 cm. de\ncircunferencia y tengo una amplia masa carnosa en la parte de atr\u00e1s, grande\ncomo un taz\u00f3n. La otra parte parece, digamos, valles y monta\u00f1as, todos\namontonados, mientras que mi cara tiene un aspecto que nadie quisiera\ndescribir. Mi mano derecha posee casi el tama\u00f1o y la forma de una pata de\nelefante. El otro bazo y mano no son mayores que los de un ni\u00f1o de diez a\u00f1os, y\nest\u00e1n algo deformados…\u00bb <\/em><\/p>\n\n\n\n

El gui\u00f3n corri\u00f3 a cuenta de Eric Bergren y Christopher De Vore, sin embargo el propio Lynch acab\u00f3 reescribi\u00e9ndolo para darle un enfoque menos de biopic y m\u00e1s orientado a lo que realmente le interesaba a \u00e9l, la emoci\u00f3n y la sensibilidad que se desprend\u00eda de la vida de este personaje. Posteriormente el propio Lynch dijo que Mel Brooks aport\u00f3 su granito de arena al guion. Posiblemente en este sentido sea la obra menos personal del autor, y durante su rodaje casi cae en una depresi\u00f3n, a menudo se planteaba abandonar la producci\u00f3n, pero se mantuvo firme y consigui\u00f3 lo que bien puede llamarse masterpiece<\/em>, algo que uno no es capaz de intuir durante su visionado por el excelente resultado conseguido. El rodaje tuvo lugar en Londres y en los estudios Lee International Film de Wembley, durante doce semanas, al amparo de la productora Brooksfilms y cont\u00f3 con un presupuesto de cinco millones de d\u00f3lares[5]<\/a>.<\/p>\n\n\n\n

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La\nhistoria transcurre a mediados del S.XIX, en plena \u00e9poca victoriana, con un\nmarco en el que el paisaje ten\u00eda como protagonista la industrializaci\u00f3n, con ambientes\nde fuertes contrastes, suciedad, miseria, insalubridad, humos\u2026 y es\nprecisamente por ello que Lynch tom\u00f3 la opci\u00f3n est\u00e9tica de filmar El hombre elefante<\/em> en un preciosista y\nelegante blanco y negro, digno de cualquier cl\u00e1sico. No se trata pues de una\nopci\u00f3n pretenciosa o caprichosa, sino m\u00e1s bien de un recurso pl\u00e1stico para\nenfatizar el paisaje que quiere retratar a nivel f\u00edsico y tambi\u00e9n emocional,\nporque tambi\u00e9n act\u00faa de manera metaf\u00f3rica o simb\u00f3lica respecto a la emoci\u00f3n\ninterna del film, y por una cuesti\u00f3n de contexto. Este excelente resultado en la\nfotograf\u00eda se debe gracias al excelente trabajo del veterano director de\nfotograf\u00eda brit\u00e1nico Freddie Francis, responsable de la fotograf\u00eda de cintas\ncomo \u00a1Suspense! (The Innocents<\/em>, Jack\nClayton, 1961), Tiempos de gloria (Glory,<\/em>\nEdward Zwick1989), El cabo del miedo\n(Cape Fear<\/em>, Martin Scorsese, 1991),\u2026 y\njunto al propio en Lynch se encarg\u00f3 de Dune<\/em>\n(\u00eddem, 1984) y de Una historia verdadera <\/em>(The Straig Story<\/em>, 1999).<\/p>\n\n\n\n

Tambi\u00e9n cabe destacar el elenco protagonista del filme empezando por John Hurt quien realiza una interpretaci\u00f3n \u00e9pica de el hombre elefante, contrariamente a lo que se podr\u00eda pensar, pese a estar bajo todo ese maquillaje. Sus movimientos, su voz, su mirada\u2026consiguen transmitir toda la tristeza y pasiones de este extra\u00f1o personaje, incomprendido, humillado y maltratado, que solo quiere que se le respete, que le quieran y ante todo que le consideren lo que es, un hombre. Por otra parte destacan las interpretaciones de Sir Anthony Hopkins en el papel del doctor Frederick Treves, el m\u00e9dico del London Hospital, que rescata a Merrick del espect\u00e1culo en el que trabaja en p\u00e9simas condiciones y siendo maltratado por su \u201cdue\u00f1o\u201d, uno de los ejemplos de la monstruosidad humana y la deshumanizaci\u00f3n que Lynch retrata junto al aborrecible guardia de seguridad nocturno interpretado por Michael Elphnick. Hopkins borda su papel de cient\u00edfico, interesado en Merrick fundamentalmente como fen\u00f3meno m\u00e9dico. Tambi\u00e9n las interpretaciones de Anne Bancroft es digna de menci\u00f3n pese a no ser uno de los personajes principales.<\/p>\n\n\n\n

Menci\u00f3n\nparte se merecen los efectos de maquillaje creados por Chris Tucker para\nrecrear la deformidad de Joseph Merrick de un realismo y similitud pasmoso con\nlas verdaderas deformidades de este y por otro lado la banda sonora creada por John\nLeonard Morris, compositor habitual de las pel\u00edculas de Mel Brooks.<\/p>\n\n\n\n

Lynch\nplantea la historia de Merrick como la historia de una triple explotaci\u00f3n que\npasa de la expl\u00edcita, cuando es utilizado y maltratado por su patr\u00f3n quien lo\nexhibe a cambio de dinero, a otra oculta (bajo el amparo de lo civilizado) la\nque lleva a cabo el Dr. Treves, lo explota a su manera ense\u00f1\u00e1ndolo a la\ncomunidad cient\u00edfica y exhibi\u00e9ndolo frente a las clases altas, para culminar\nnuevamente ante la peor de ellas, la que lleva a cabo el guardia nocturno\nmientras Merrick se encuentra en el hospital.<\/p>\n\n\n\n

El filme retrata a una serie de seres humanos, todos en mayor o menor medida, realmente ego\u00edstas y monstruosos. Una deformidad que anida en sus almas, que contrasta con la deformidad exterior de Merrick y su extremada bondad, sensibilidad, educaci\u00f3n, respeto y valent\u00eda que posee en su interior. Y Lynch, es capaz de recoger todo eso con una excelente maestr\u00eda reflejado en todos y cada uno de los planos y situaciones con un equilibrio y un buen gusto, con una pericia digna de menci\u00f3n alej\u00e1ndose en todo momento de lo morboso, lo expl\u00edcito y lo gratuito; y pese a su fuerte componente emocional, tampoco cae en lo melodram\u00e1tico bochornoso.<\/p>\n\n\n\n

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La\ndeformidad en el cine ha sido plasmada en el cine en muchas ocasiones en filmes\ncomo Garras Humanas<\/em>, La parada de los monstruos \u2014<\/em>ambas de Tod\nBrowning\u2014 El doctor Frankenstein<\/em>, El fantasma de la \u00f3pera<\/em>, Darkman<\/em>\u2026 La deformidad del rostro\nresulta extremadamente interesante por lo que representa, puesto las facciones\ndel rostro es lo que en gran medida nos proporciona personalidad, unicidad e\nidentidad propia. La deformaci\u00f3n facial implica en cierto modo la p\u00e9rdida de la\nidentidad y la consecuencia directa, por lo menos as\u00ed se ha reflejado en la\nliteratura y el cine, se resuelve con una postura en la que el afectado suele\nquedar fuera de la gran masa social, en ocasiones repudiado por esta,\ndependiendo la \u00e9poca, y muy a menudo destinado a la automarginaci\u00f3n, como es el\ncaso de John Merrick, con la consecuente ocultaci\u00f3n del rostro con una m\u00e1scara\no similar para apartar su deformidad del resto (una manera de evitar el\nconflicto). En el caso de el hombre elefante vemos como se tapa el rostro con\nun saco durante los primero momentos de la cinta. Es su manera de evitar el\nrechazo y mantener oculta su diferencia y en cierto modo su manera de expresar\nla p\u00e9rdida de su identidad, animalizado, tratado como un animal, maltratado y\nhumillado, todo fruto de esa p\u00e9rdida de los rasgos habituales, llam\u00e9moslos\nnormales que nos hacen humanos a los ojos del resto.<\/p>\n\n\n\n

El hombre elefante <\/em>estuvo nominada en ocho\ncategor\u00edas de los premios Oscar de 1980, sin embargo no consigui\u00f3 ninguna,\nsiendo Gente Corriente <\/em>(Ordinary <\/em>People, Robert Redford, 1980)\nla vencedora de la noche. Aunque como dijo el propio Mel Brooks, y cuanta raz\u00f3n\nten\u00eda, \u00abDentro de diez a\u00f1os Gente\ncorriente<\/em> solo ser\u00e1 una pregunta m\u00e1s en el Trivial Pursuit, mientras\nque  El\nhombre elefante<\/em> ser\u00e1 un filme que la gente seguir\u00e1 viendo con inter\u00e9s\u00bb.
<\/p>\n\n\n\n


\n\n\n\n

[1]<\/a> Conocido como John Merrick durante mucho\ntiempo debido a un error del propio Dr. Treves en su diario.<\/p>\n\n\n\n

[2]<\/a> RODLEY, CHRIS\n(Editor) David Lynch por David Lynch<\/em>.\nEd. Alba Editorial. Colecci\u00f3n\nTrayectos. Barcelona, 1998. P\u00e1g.147 <\/p>\n\n\n\n

[3]<\/a> Op. Cit. 7 p\u00e1g 156<\/p>\n\n\n\n

[4]<\/a> Uno de los freaks m\u00e1s conocidos fue el\nhombre elefante, si bien hubo algunos otros casos muy populares como Mary Anne\nBevan, la mujer m\u00e1s fea del mundo; Tom Thumb, el enano que se hac\u00eda pasar por\nun ni\u00f1o de 11 a\u00f1os, que fue una sensaci\u00f3n; Krao Farini, llamada el eslab\u00f3n\nperdido; Eliza Jenkins, el esqueleto humano\u2026y muchos otros m\u00e1s.<\/p>\n\n\n\n

[5]<\/a> Op cit 3. P\u00e1gs 147-175 <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

\u00abYo no soy un monstruo\u2026 Soy un ser humano\u2026 Soy un hombre.\u00bb (Joseph Merrick en El hombre elefante) Las ferias de fen\u00f3menos tienen su origen […]<\/a><\/p>\n<\/div>","protected":false},"author":1,"featured_media":12566,"comment_status":"open","ping_status":"open","sticky":false,"template":"","format":"standard","meta":[],"categories":[141,1],"tags":[1283,1327,1325,254,1326,731,1329,1328,1330,8],"_links":{"self":[{"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12565"}],"collection":[{"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts"}],"about":[{"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/types\/post"}],"author":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/users\/1"}],"replies":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/comments?post=12565"}],"version-history":[{"count":2,"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12565\/revisions"}],"predecessor-version":[{"id":12573,"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/posts\/12565\/revisions\/12573"}],"wp:featuredmedia":[{"embeddable":true,"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/media\/12566"}],"wp:attachment":[{"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/media?parent=12565"}],"wp:term":[{"taxonomy":"category","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/categories?post=12565"},{"taxonomy":"post_tag","embeddable":true,"href":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/wp-json\/wp\/v2\/tags?post=12565"}],"curies":[{"name":"wp","href":"https:\/\/api.w.org\/{rel}","templated":true}]}}