{"id":11955,"date":"2016-06-07T10:52:44","date_gmt":"2016-06-07T08:52:44","guid":{"rendered":"http:\/\/www.diosesymonstruos.com\/?p=11955"},"modified":"2016-06-07T10:56:41","modified_gmt":"2016-06-07T08:56:41","slug":"critica-warcraft-el-origen","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/www.diosesymonstruos.com\/2016\/06\/critica-warcraft-el-origen\/","title":{"rendered":"Cr\u00edtica Warcraft: El origen"},"content":{"rendered":"

\"Warcraft<\/p>\n

Duncan Jones debutaba en el largo en 2009 con Moon<\/em><\/strong>, aplaudida y laureada en Sitges con cuatro galardones (entre ellos el de mejor pel\u00edcula), una pieza de c\u00e1mara apoyada en el trabajo de Sam Rockwell (como protagonista absoluto), de escasos efectos especiales, que nos tra\u00eda una obra de ciencia ficci\u00f3n atmosf\u00e9rica apoyada m\u00e1s en los conceptos que en trucos de ordenador. Una \u00f3pera prima que ten\u00eda su mejor baluarte, parad\u00f3jicamente, en su reducido presupuesto. Tras la tan interesante como infortunada C\u00f3digo fuente<\/em><\/strong> (mereci\u00f3 mejor acogida por parte del p\u00fablico), Jones vuelve a las pantallas con una obra que est\u00e1 en las ant\u00edpodas de aquella que supuso su puesta de largo. Warcraft: El origen<\/em><\/strong> es una superproducci\u00f3n en toda regla, plagada de efectos digitales y de elevado presupuesto, es una obra ampulosa y pirot\u00e9cnica, un producto mainstream pensado para asaltar la taquilla. De hecho ha abierto como n\u00famero 1 en pr\u00e1cticamente todos los territorios en los que se ha estrenado, como Alemania, Rusia, Brasil o Francia, alcanzando un acumulado internacional de 70 millones de d\u00f3lares hasta el momento (de los cu\u00e1les casi 30 millones corresponden a este \u00faltimo fin de semana). La pel\u00edcula est\u00e1 pendiente de estreno a\u00fan en pa\u00edses como China, Corea, Australia, M\u00e9jico y Jap\u00f3n, as\u00ed como en Estados Unidos, donde se lanza este viernes 10 de junio.<\/p>\n

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Fotograma del filme \u00abC\u00f3digo fuente\u00bb<\/figcaption><\/figure>\n

Un argumento simple proveniente del videojuego que adapta: el pac\u00edfico reino de Azeroth est\u00e1 a punto de entrar en guerra para enfrentarse a unos terribles invasores: orcos guerreros que han dejado su destruido mundo para colonizar otro. Al abrirse un portal que conecta ambos mundos, un ej\u00e9rcito se enfrenta a la destrucci\u00f3n, y el otro, a la extinci\u00f3n. Dos h\u00e9roes, uno en cada bando, est\u00e1n a punto de chocar en un enfrentamiento que cambiar\u00e1 el destino de su familia, su pueblo y su hogar. Y un trasfondo filos\u00f3fico igualmente b\u00e1sico que se resume en una m\u00e1xima repetida a lo largo del filme: \u201cDe la luz viene la oscuridad y de la oscuridad la luz\u201d. Con estos mimbres se pod\u00eda temer lo peor, pero, contra todo agorero pron\u00f3stico (y al menos para el profano en estas cuestiones), Warcraft: El origen<\/em><\/strong> es una muy entretenida mezcla de elementos de Tolkien con fantas\u00eda heroica. Su guion, como advertimos, prescinde de enrevesadas cuestiones filos\u00f3ficas apostando por ofrecer un relato apto para todos los p\u00fablicos, con el que Duncan Jones consigue una sencilla pero efectiva narraci\u00f3n fant\u00e1stica.<\/p>\n

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Desde luego, para los enemigos de los universos digitales esta es otra nueva pesadilla, pero, por otra parte, hubiese sido imposible representar este multiverso en toda su espectacularidad careciendo de ellos. Hay que ser realista, hubiera hecho falta mucho l\u00e1tex y multitud de extras para representar el universo Warcraft con cierto realismo. En verdad lo m\u00e1s destacable de la cinta es que hace buen uso de sus CGI hasta el punto de plantearnos a veces si estamos o no ante imagen real (y no lo decimos como algo negativo).<\/p>\n

Desde que Gene Kelly y el rat\u00f3n Jerry bailaron juntos en la fantas\u00eda musical Technicolor Levando anclas<\/em><\/strong> (Anchors Aweigh, 1945) de George Sidney, muchas veces la animaci\u00f3n y los personajes reales han compartido plano con mejor o peor fortuna. Esta adaptaci\u00f3n del popular videojuego hom\u00f3nimo, que est\u00e1 funcionando mucho mejor en el mercado europeo que en su pa\u00eds de origen es, en algunos momentos, una cinta de pura animaci\u00f3n con un efectivo 3-D que nos introduce en un mundo de portales interdimensionales, bravos guerreros, horribles orcos y hechiceros. Una lucha entre el bien y el mal que aboga por los mensajes positivos como la paz, el respeto al diferente y el mestizaje, principios que no por reiterativos conviene olvidar.<\/p>\n

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\u00bfQu\u00e9 queda de Duncan Jones detr\u00e1s de este espect\u00e1culo? Como dice Fausto Fern\u00e1ndez en su cr\u00edtica para fotogramas, m\u00e1s all\u00e1 de moverse en el terreno del fant\u00e1stico, las tres pel\u00edculas del director comparten la querencia por h\u00e9roes at\u00edpicos, contradictorios y desdoblados. En palabras del cr\u00edtico: \u201cEl astronauta que patrullaba la soledad lunar con tanto existencialismo como el comandante Tom de la canci\u00f3n ‘Space Oddity’ de David Bowie (padre de Duncan Jones), el militar intentando evitar una y otra vez un atentado terrorista en un tren y el protagonista de ‘Warcraft: el Origen’ no buscan la gesta, ni siquiera para una posible redenci\u00f3n de algo que desconocemos o no nos interesa\u201d. Jones sigue gustando de los antih\u00e9roes, salvo que en est\u00e1 ocasi\u00f3n los ha puesto al servicio del entretenimiento, de la pura evasi\u00f3n sin pretensiones. Ahora habr\u00e1 que esperar su cuarta cinta para juzgar hacia qu\u00e9 lado se inclina el autor, hacia lo reflexivo y minimalista o hac\u00eda lo liviano y mastod\u00f3ntico, o, lo que ser\u00eda m\u00e1s deseable, hacia un camino intermedio entre ambos extremos. Como sea, Jones sigue siendo un autor al que seguir la pista.<\/p>\n

Por Montse Rovira<\/strong><\/p>\n