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Con la resaca de un inicio de festival tirando a nefasto, nos encaminamos al cine Prado con la esperanza de resarcirnos con el visionado de Proxy<\/em> y Jellyfish Eyes<\/em>, ambas dentro de la secci\u00f3n Noves Visions y Noves Visions experimenta, respectivamente. La intenci\u00f3n para este segundo d\u00eda se desvanece al no poder conseguir invitaciones, gracias a la m\u00ednima cantidad de tickets puestos a disposici\u00f3n para la prensa, para ver The Zero Therorem<\/em>, la nueva pel\u00edcula de Terry Gilliam. Hacemos de tripas coraz\u00f3n y encaramos el visitando de Proxy<\/em> que se revela como la sorpresa del d\u00eda y salimos de la proyecci\u00f3n esperanzados.<\/p>\n PROXY. La necesidad de ser visible a los dem\u00e1s.<\/em><\/strong> Una cinta que sorprende por su crueldad y los giros argumentales que muestra paulatinamente que consiguen arrastrar al espectador a la oscuridad m\u00e1s absoluta del alma humana.<\/p>\n
\nEsther, embarazada de nueve meses, apunto para dar a luz, es atacada en un callej\u00f3n tras una visita al ginec\u00f3logo por un encapuchado. El resultado es un ladrillazo en la cabeza y muchos m\u00e1s en el vientre. La consecuencia de este ataque es la p\u00e9rdida del beb\u00e9. A partir de ese momento, la protagonista hundida, se ve abocada a un grupo de apoyo para personas que han sufrido actos de violencia. Es aqu\u00ed donde conocer\u00e1 a la peculiar Melany, que se muestra muy amigable y dispuesta a ayudar a la protagonista. Sin embargo en Proxy<\/em> nada es lo que parece y poco a poco se van desvelando los oscuros mecanismos que impulsan a ambas mujeres, dos almas desprovistas de autoestima que act\u00faan movidas por una imperiosa necesidad de ser visibles para el resto del mundo, y para ello est\u00e1n dispuestas a llevar a cabo las acciones m\u00e1s terribles y p\u00e9rfidas imaginables.<\/p>\n