Fonda sangrienta (Blood Dinner, 1987)

La vi una noche en la 2, probablemente en el programa Alucine. La llamaron Fonda Sangrienta o por lo menos eso decía la voz en off al inicio de la película. Había visto la promo unos momentos antes, y me llamó la atención, así que la puse a grabar mientras la veía. Ese VHS aún sigue conmigo, en perfecto estado, y he recurrido a él en varias ocasiones antes de tener una copia en soporte digital, somos íntimos. Lo cierto es que la película me fascinó, me pareció divertidísima, gamberra, un mash-up perfecto de humor negro, humor grueso, terror, horror, splatter, gore, slasher, psicópatas, sectas, sacrificios, desnudos, cocineros ventrílocuos, cocineros luchadores de wresling, asesinatos múltiples, sátira social… lo tenía todo!! 

Está claro que Blood Dinner tiene sus deficiencias, tampoco me quiero venir arriba, pero el caso es que cumple de sobras su cometido y creo que vale la pena verla si se quiere pasar un buen rato. Aunque también os lo digo, para mi es una cinta de culto a la que peregrino una vez al año.

El proyecto de película nace del productor Jimmy Maslon y del guionista Michael Sonye. Ambos habían trabajado una secuela de Blood Feast (1963) del emperador del gore Hershell Gordon Lewis, o por lo menos “el padre”, y se iba a llamar “Blood Feast II”, pero cuando Vestron Pictures compró el proyecto, lo cambiaron por el de Blood Dinner, ya que creían que el original no iba a tener suficiente fuerza comercial. 

Fotograma de Blood Feast (1963)

Verstron, contrató a Jackie Kong, quién había estrenado su ópera prima The Being (1983) y una comedia de bajo presupuesto titulada Night Patrol (que también recomiendo) en 1984 para que se encargara de la dirección. Jackie era joven, tenía menos de 30, y era una mujer que se iba a meter en la boca del lobo, en un género dominado por hombres donde parecía que las mujeres no tenían cabida salvando algunas excepciones, y ella iba a ser una, y además iba a dejar su impronta en el género y en el imaginario colectivo. No en vano la llaman la “Queen Kong” y la hazaña la iba a conseguir con un irrisorio presupuesto de 330 mil dólares y 18 días, que era el tiempo límite que tenía para rodarla. Durante bastante tiempo se dijo que Jackie Kong era en realidad un hombre, y con eso está todo dicho. Por lo visto era impensable que una mujer pudiera haber hecho semejante obra. Un “retratado” a la sociedad de la época maravilloso.

Se trataba pues de una producción de bajo presupuesto, y para optimizarlo, Kong contó con parte del equipo técnico de Night Patrol como el director de fotografía Jürg Walter. Como curiosidad, el casting lo realizó al estilo Fellini, cosa que también le hizo ahorrar bastantes dólares, buscando entre actores no profesionales: punks, rockers, chavalería de todo pelaje que aprovecharía en múltiples secuencias como personajes diferentes. Si prestáis atención reconoceréis a muchos de ellos en distintos momentos de la peli haciendo diversos papeles de extras. Que los actores fueran no profesionales no quería decir que el resultado no debiera serlo, y antes de rodar, trabajó con todos ellos los diálogos, la interpretación, los movimientos, planificó los movimientos de cámara, las posiciones de los actores, la iluminación, etc. para que llegado el momento todo fuera realizado al milímetro, sin lugar apenas a la improvisación.

Little Hitler

Además de ser un auténtico festival de locuras varias (inolvidable el combate de lucha libre entre Georgie y Little Hitler, o la escena del atropello con la furgoneta), de sangre a chorros, partes de cuerpos cercenados, música punk rock combinada con temas musicales festivos que chocan con la violencia de las escenas, Kong, le dio una patada en las bolas a la cultura de los 80. A finales de los 80 la cosa ya iba de capa caída, la cultura popular era superficial a más no poder, la ropa, las ideas globales, el culto al cuerpo y los gimnasios, la locura por una dieta sana (vegetariana, macrobiótica, etc.), los productos diet…, pero más por aparentar que por querer llevar un estilo de vida saludable, etc. que combinado con el malestar social tras el espejismo ochentero de la era Reagan de abundancia y prosperidad, era un caldo de cultivo para pegar caña. Kong asalta y ametralla literalmente a chicas que hacen aeróbic (originalmente los hermanos Tutman iban a llevar máscaras del presidente Ronald Reagan y su esposa, Nancy), la gente volviéndose loca por comer en un restaurante saludable vegetariano que cocina con restos de cuerpos humanos y cuyos clientes hacen la vista gorda o son estúpidos absolutos, un cuerpo policial machista y descerebrado representado por el cutre poli que viste a lo Miami Vice y permanentemente acosa sexualmente a su compañera. 

La película se estrenó en 1987, el 10 de julio, y lo hizo bajo la clasificación Unrated, y pronto se convirtió en una de las comedias de terror mejor consideradas gracias a su estilo punk-rock que impregnaba desde su puesta en escena al guion y todos los elementos de la cinta.

La historia narra las correrías de dos hermanos, George y Michael Tutman, que guiados por su tío, abatido a tiros por la policía, y cuyo cerebro vive en un tarro de cristal, tiene como objetivo traer a la vida a una diosa antigua, Sheetar, y su culto caníbal lumeriano. 

Los dos hermanos son bien parecidos, uno más inteligente que el otro como suele pasar, el cerebro y el músculo, y ambos son buenas personas pero se mueven por pasiones y como marionetas “en las manos” de su tío, quién les ha inculcado el culto lumeriano desde pequeños. Cabe decir que su tío es un cerebro que vive en un tarro de cristal tras ser abatido a tiros por la policía, tras ser identificado como un asesino en serie, desenterrado, y devuelto a la vida por los hermanos. Para mi uno de los aciertos de Jackie Kong ya que consigue que empatices con los asesinos desde el principio de la cinta, en lugar de mostrarlos como dos lúgubres asesinos que era la tendencia de la época. 

A partir de esta premisa, Georgie y Michael asesinarán mujeres a mansalva para construir a base de las mejores partes, un cuerpo perfecto para Sheetar, y con el resto su especial cocina vegetariana. Sí, vegetariana!!!!

La cinta tiene trazas de mad doctors, de psychokillers, Frankenstein… En definitiva, una gozada para los amantes del género, eso sin olvidar todos los guiños que tiene hacia la cinta original de Blood FeastHay que decir que hasta la fecha, Blood Dinner es el cuarto y último largometraje de Jackie Kong, una fantástica manera de dejarlo correr.

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