Minotauro publica «Nick y el Glimmung» de Philip K. Dick

Philip K Dick writer HarperCollins Publishers

Minotauro publica Nick y el Glimmung de Philip K. Dick, la única novela juvenil de Philip K. Dick. Escrita en 1966, tiene elementos en común con su novela Gestarescala y hasta ahora había permanecido inédita en castellano.

La historia de Nick y el Glimung es la siguiente:

Nick está metido en un lío. Tiene un gato llamado Horace, y los gatos son bastante ilegales en la Tierra. De hecho, todas las mascotas son ilegales en la Tierra y Horace ha sido denunciado al agente antimascotas. La única manera que tienen Nick y su familia de quedarse con Horace es emigrar al Planeta del Labrador. Pero en vez de aterrizar en el paraíso que habían imaginado, se encuentran en un planeta en guerra con un ente conocido como Glimmung, un conflicto en el cual Nick y Horace jugarán un papel esencial.

Philip K. Dick (Chicago, 1928-Santa Ana, California, 1982) residió la mayor parte de su vida en California. Asistió a la universidad pero no llegó a finalizar sus estudios. Creador precoz, empezó a escribir profesionalmente en 1952, y llegó a publicar un total de treinta y seis novelas y cinco colecciones de relatos a lo largo de su vida. Murió en 1982 en sin llegar a ver la primera adaptación cinematográfica de su obra, Blade Runner.

Lo podéis adquirir en librería y desde el enlace siguiente: https://www.planetadelibros.com/libro-nick-y-el-glimmung/253909

Y para abrir boca os dejamos el inicio de la novela por cortesía de Minotauro:

«Nick sabía exactamente el motivo por el que su familia quería marcharse de la Tierra e irse a otro planeta, a un mundo colonia, y asentarse allí. Tenía que ver con él y con su gato, Horace. Desde 1992, poseer un animal de cualquier tipo era ilegal. De hecho, Horace era ilegal, estuviese o no en posesión de alguien. Nick era el propietario de Horace desde hacía dos meses, pero había logrado mantenerlo dentro del piso, fuera de la vista. Sin embargo, una mañana, Horace se escapó por una ventana abierta y se puso a corretear jugando por el patio trasero que todos los propietarios de los pisos compartían. Alguien, un vecino quizá, se fijó en Horace y llamó al agente antimascotas. —Ya te dije lo que iba a pasar si Horace se escapaba alguna vez —le dijo su padre a Nick después de que entre los dos consiguieran atrapar al gato y llevarlo de vuelta a la seguridad del apartamento. —Pero bueno, no pasa nada —respondió Nick—. Lo hemos encontrado. Se había quedado sin aliento persiguiendo a Horace. El gato, en cambio, parecía tranquilo y respiraba sin ninguna dificultad; se sentó en su lugar acostumbrado delante del calefactor de la sala de estar y empezó a lamerse el cuerpo. —Sí, sí que pasa —le replicó su padre. Como siempre, estaba tenso y preocupado—. El agente antimascotas aparecerá en menos de cuarenta y ocho horas. No sólo nos hará pagar una multa, sino que también se llevará a Horace. —¿La multa será muy grande, Pete? —le preguntó la madre de Nick. —No me importa la multa —replicó el padre—. Lo que me preocupa es que se lleven a Horace. Eso es lo que me importa. No creo que deban llevarse la mascota de un niño, ni a ninguna otra mascota. Ya sé que hoy día la comida escasea. Sé por qué aprobaron las leyes contra las mascotas, pero un gato no come tanto. —Es la ley —le recordó la madre—. Y la ley hay que cumplirla, estemos de acuerdo o no. —Podemos irnos de la Tierra —declaró el padre—. Iremos a otro planeta donde sea legal tener mascotas. Y no sólo mascotas: podríamos criar ovejas y vacas y gallinas… lo que quisiéramos.»

Y desde aquí podéis leer el primer capítulo completo.

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