Crítica When Animals Dream

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Marie tiene 16 años y vive en una pequeña isla con su madre enferma y su padre, quien se encarga de la familia. De repente se suceden misteriosas muertes y Marie empieza a sentirse algo extraña con lo que le sucede a su cuerpo. Mientras, empieza a trabajar en una empresa de manufactura de pescado y se verá acosada por algunos de sus compañeros sin saber muy bien porqué. La familia de Marie es especial y muy pronto lo descubrirá.

Cuando acabé de ver When Animals Dream (Når Dyrene Drømmer), tras digerir cierta decepción, no pude sino pensar en la influencia directa del film Déjame entrar (Låt den rätte komma in, Thomas Alfredson, 2008), pero la sensación que me embargó fue la de una mala digestión de ésta puesto que es un quiero y no puedo. When Animals Dream quiere ser sin duda la Déjame entrar, de los licántropos: un monstruo arquetípico que no se manifiesta de manera abierta hasta casi el final de la cinta. La introspección, el amor, la pérdida de la inocencia, el bulliying en este caso por parte de los habitantes del pueblo asustados, la fotografía especialmente cuidada, el uso del paisaje como transmisor de un estado de ánimo…todos los elementos que uno podría considerar necesarios para hacer una versión «lobuna» interesante, y que sin embargo por más que quiera, no llega.

La historia de When Animals Dream es plana, el arco dramático es bastante insubstancial y poco aporta al guion. Por mucho que su director quisiera advertir, a modo de chaleco antibalas, que su película no era una cinta de licántropos al uso, sino una historia intimista, no es suficiente para salvarle la vida. Es obvio que no es una historia de licántropos estereotipada, si bien utiliza la codificación asociada a la monstruosidad del licántropo y a la mutación. Es obvio que la figura elegida del licántropo funciona más en un sentido metafórico que en el literal, y si algo está claro es que When Animals Dream no busca el terror mediante este arquetipo pues toda la violencia y situaciones terroríficas están narradas fuera de campo y nada más lejos quedan de transmitir terror alguno.

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Lo que sin embargo sí vemos claramente es como una chica de 16 años, Marie (virgen por cierto), asiste a un cambio que se le manifiesta de forma física y emocional. Al ver la cinta, y no hace falta ser un genio, viene una idea clara: When Animals Dream trata de la materialización del paso de “niña” a mujer. Cuando Marie empieza a notar que se manifiestan ciertos cambios en su cuerpo, le crece pelo en el pecho y la espalda, y descubre que va a transformarse en un licántropo, le pide al chico del que se ha enamorado que le haga el amor, que la desvirgue.

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Es a partir de ese momento, cuando ya ha mantenido su primera relación sexual, que se manifiesta su licantropía en toda su madurez y esplendor. La primera relación sexual completa la ha convertido en mujer, en una mujer loba. La pérdida de la inocencia se manifiesta en un progresivo cambio de carácter que culmina en este momento en el que se le desata una violencia uterina que hará que pueda plantar cara al grupo de opresores pueblerinos que quieren dar fin de ella. Porque si de algo habla también When Animals Dream es del miedo a lo diferente, como se refleja en el grupo de rednecks daneses que temen a la familia de Marie —su madre es también una mujer lobo—, que aceptan a Marie en el trabajo con cierto recelo y nunca dejarán que se adapte e integre por miedo a que esta sea como su madre. En el momento en que sus sospechas se materialicen, intentarán eliminarlas a toda costa en una conspiración comunitaria que tendrá un final funesto.

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Las interpretaciones de todos los actores son correctas, la actriz que interpreta a Marie además posee una belleza natural con cierto halo místico que le va al pelo al personaje. La fotografía es posiblemente la gran baza esta película, muy cuidada, con cierta poética en el uso de la luz y los colores que transforman el paisaje en un personaje, y que consigue que este sea un excelente transmisor de sensaciones como la opresión, el cambio, el miedo hacia lo diferente…Sin embargo juegan en su contra una historia que no se desarrolla demasiado bien, a la que se le ven las costuras y unas pretensiones que no va a ser capaz de cumplir, y no cumple. A eso hay que sumarle un tempo sumamente pausado que no ayuda a desarrollar en absoluto la historia, bastante gratuito y artificial, que finalmente la convierten una cinta aburrida y extenuante.

Hay buenas ideas, pero el desarrollo no es el adecuado. Déjame entrar, de momento, solo hay una.

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