Sitges 2012: Después del Shock de ver Aftershock

Como sufren los pobres, hay que ver…

Los primeros días del festival estuve dándole vueltas y vueltas a la parrilla para intentar conseguir meter, aunque fuera con calzador, la película Aftershock en ella. Tenía el pálpito de que no me la debía perder, aunque no era precisamente en positivo como me pasó con Holy Motors (Leos Carax, 2012). Al final desistí, pero cuando ya pensaba que se me había escapado la oportnidad de verla tras escuchar opiniones tan dispares como que era una gran película, un gran entretenimiento o una gran basura, mi amigo Alfredo llegó con dos invitaciones y me propuso acompañarle al pase. Acepté. Y pasó lo que pasó…

Aftershock está producida por Eli Roth (Hostel, 2005) y dirigida por el chileno Nicolás López, del que ya vimos Santos (2008) o Promedio Rojo (2005). Al señorito Roth le ha dado por producir, co-escribir y co-protagonizar esta cinta, y la verdad, se podría haber quedado en su casita. La cinta tiene una serie de referentes del cine de terror contemporáneo claramente marcado por la influencia de su productor, así los nexos con Hostel son claros y excesivos (también con otras como Cloverfield), pero desgraciadamente para esta, los resultados están muy por debajo de sus predecesoras. Se trata de una cinta que rezuma infantilismo audiovisual y falta de madurez narrativa, Nicolás carece de talento técnico y capacidad directiva. El guión de Aftershock es poco más que una broma, lamentable, aburrido y absurdo porque sí, que adolece de cualquier coherencia fílmica y que pretende navegar entre la comedia, la crítica social (demencial el tratamiento) y las películas de catástrofes.

El primer problema que acarrea la cinta es su arranque, una introducción que nos presenta a unos tipejos que se van de fiesta de la mano de un cicerón infantilode y ricachón, Pollo, que se extiende durante más de 30 minutos o lo que es lo mismo, durante un tercio del metraje total con la intención de conseguir que empaticemos con los protagonistas para lo que vendrá después, una estratagema manida y fallida. La extensión de esta introducción es más que innecesaria pues poco aporta a la trama, como presentación de personajes es innecesaria, pues estos son complemente planos y faltos de interés y poco hay que mostrar que no se pueda hacer en 15 minutos. Así pues simplemente sirve para inflar el metraje de la película de forma baladí y conseguir que el tedio se instale en nuestros fatigados cuerpos. Otro de los problemas de los que adolece Aftershock es su realización y dirección tanto de actores como de situaciones. Es catastrófica la manera de filmar las escenas de peligro, sobretodo en el interior de la discoteca cuando esta empieza a hundirse y el techo acaba aplastando a algunos individuos en una serie de demenciales planos donde ni tan siquiera se han molestado en poner los falsos pedazos de techo sobre las víctimas, y vemos claramente debido a la errónea angulación de la cámara que estos se encuentran detrás de los pedazos de techo desplomado. Pero esto ocurre una y otra vez como el horrible croma del final, probablemente deliberado pero que no entra a tiempo pues aquí supuestamente la cinta está en una fase de tintes dramáticos con vocación realista. La presunción del director queda instalada en los diálogos de la película, al parecer se cree muy gracioso, en los absurdos diálogos de los personajes que causan el efecto contrario al deseado. Para acabar de arreglarlo el discursito social que al Sr.López se le ocurre meter, de manera más que forzada, en medio de la película es de juzgado de guardia, ramplón, maniqueo e indigno de un chileno. La imagen que se da de Chile en esta cinta es absolutamente deleznable, imagino que Nicolás vive en una burbuja en su casa y no debe ver la verdadera realidad de su país. Podríamos inscribir la cinta dentro de las películas apocalípticas de catástrofes naturales, pero queda muy lejos de ser algo que se parezca eso. ¿Qué la película es cutre y psicotrónica de manera deliberada? Pues no lo tengo claro. Bueno sí lo tengo claro, no me lo creo. Otra cosa es que les haya quedado un churro y luego quieran decir que es lo que no tenía previsto ser, pero amigos, con 10 millones de dolares…¿podemos hablar de película de bajo presupuesto? Depende de con qué la compares claro, pero ni de coña. No hay nada peor que crear un producto deficiente en todos los sentidos y querer hacerlo pasar por serie B para justificarlo. Me niego. Afetershock es simplemente una mala película, un pastiche que degrada todos los elementos de las otras cintas de las que bebe descaradamente a base de clichés y representa la degradación de los elementos que codifican el género de terror y catástrofes. Una vomitera mental de Nicolás López y Eli Roth que intenta mezclar comedia, critica social y drama sin acertar en ninguno de los momentos.

Si me la hubiera perdido habría pataleado de rabia y mucho, porque no todos los días se ven despropósitos de tal magnitud y fue un tema de conversación, análisis y risas durante algunos días mientras encabezó el ranking de las peores películas vistas en el festival, hasta que fue destronada por Drácula 3D (Dario Argento, 2012). Igual es que me hago viejo, pero me niego a pasar por el aro de semejante patraña. Uno ha visto muchas películas de todo tipo a estas alturas de la vida y lo que no voy a permitir es que se rían de mi de manera tan descarada. Después del shock, tuvimos que recurrir al alcohol para olvidar el daño producido por esta…película.

 

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