Bedevilled

BEDEVILLED   (Kimboknam Salinsa-eui Jeonmal, COREA DEL SUR,2010)

Director: Jang Cheol Soo /

Productores: Park Kuy-young /

Guión: Choi Kwang-young  /

Fotografía: Kim Gi-tae/

Música: Kim Tae-seong/

Montaje: Kim Mi-joo/

Intérpretes: Seo Yeong-hee, Hwang Min-ho, Min Je, Lee Ji-eun-i, Park Jeong-hak, Ji Sung-won

Duración y datos técnicos: 115 min. color.


Bedevilled” (Kimboknam Salinsa-eui Jeonmal.2010) es un juicioso y sangriento slasher multigénero, dirigido por el debutante Jang Cheol Soo y basado en lo más mórbido y sombrío que puede inspirar el amor. Es una cinta incómoda, desagradable y cáustica, caracterizada por una bella y sombría realización y un complejo e iracundo guión. He pasado un par de horas en tensión con esta historia de venganzas consumadas, terror a la luz del sol y adustos personajes.

Fue presentada en el festival de Cannes de 2010, donde recibió excelentes  críticas. Recibió el Premio del Público en el Festival de cine Fantástico de Austin y compitió en la sección oficial de largometrajes en el festival de Sitges.

Cuenta como Hae-Won, una joven cosmopolita de Seúl, viaja a la pequeña isla donde viven sus abuelos, en parte huyendo del miedo que le ha provocado ser testigo de un intento de asesinato y en parte respondiendo a la llamada de una antigua amiga de la infancia.

El director consigue una cinta sorprendente a base de crear tensión psicológica desde todos los puntos de vista posibles. Utiliza un ambiente rural lleno de prejuicios, violencia, miedo y aislamiento, un grupo pequeño de personajes ajenos por completo al estilo habitual de un slasher, que aparte le aportan originalidad, y que sirven para presentar las actitudes más machistas y conservadoras que se puedan imaginar, un espacio opresivo como es una pequeña isla, de la que únicamente es posible salir en un barco fletado una vez por semana y todo ocurre en apenas unos días. La sensación de claustrofobia es constante y nos tortura y atosiga durante todo el metraje.

No juega nunca al susto fácil, no utiliza el clásico golpe musical para crear los pertinentes sustos. El terror se siente en el ambiente, en la propia narración y en el guión  y tiene la virtud de moverse con soltura de un género a otro, mezclando con inteligencia el terror y el drama. Esta es su mayor virtud, el haber sabido crear un convincente drama dentro de un slasher de lo más macabro. Personalmente creo que el drama se fusiona con el terror de una forma más natural que la comedia y si bien, la comedia de terror ha sido explotada hasta la saciedad, creo que la idea genérica de realizar buenos dramas dentro del contexto de una historia de terror, aún tiene muchos lugares por explorar. Como drama emociona y entristece y como slasher, produce dolor de estómago,  lo que se convierte en una delicia, para los que amamos este género.

El trabajo de Soo como ayudante de dirección del avezado y siempre extraño Kim Ki-Duk, queda patente en ese tono dramático de la cinta, participando de ese simbolismo y ese dramatismo, valga la redundancia, tan trágico, de ritmo lento pero sobrecogedoramente constante.

La fotografía de Kim Gi-Tae, es interesante por muchas razones, para empezar trabaja en clave alta y todo en cuanto a la luz es lo contrario a lo que debería ser, siempre es de día, luce el sol y no juega nunca con sombras, todo es claridad. Esto le aporta dramatismo a su lado más slasher y credibilidad a su lado más dramático. Deja bellos planos del mar o la luna que crean tensión mediante un buen montaje, que adquiere su mayor expresión en la yuxtaposición del plano de una mujer y la isla. La cámara en mano no hace más que intensificar esa intención de crear tensión. Utiliza, sobre todo en las escenas más violentas, planos a contraluz, que marcan el estilo de la cinta en cuanto a su fotografía, jugando con tonos blancos y negros, creando así planos muy potentes narrativamente y profundamente desagradables y salvajes. Creo que Kim Gi-Tae, se presenta como un excelente director de fotografía.

Multitud de detalles le otorgan una riqueza no habitual en el género, con una flauta y una canción crea un hilo conductor entre los dos personajes principales muy bello. La música apoya las escenas, pero sobre todo tiene el valor de ser contraposición a la historia por su dulzura, belleza y esperanza.

Una interesante vuelta de tuerca al terror asiático, altamente recomendable y disfrutable, que en cuanto a calidad artística y narrativa se presenta por encima de la media del cine actual del género. Su título americano resume perfectamente lo que encontraremos al abrir la puerta de “Bedevilled”, una isla repleta, de macabros y abundantes problemas.

por Juan José Iglesias

(2010, COREA DEL SUR)

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