Crónica Festival Sitges 2010: Día 6

Es el sexto día de festival y empezamos a acusar el cansancio que viene por el bajo nivel de muchas de las proyecciones, lo seguidas de estas con pocos espacios de descanso, las pocas horas de sueño acumuladas y las horas de metraje que ya llevamos en vena. El día lo empezamos con Black Death una cinta de corte fantástico pero sobretodo se trata de una cinta de época, medieval concretamente. La historia se centra en una etapa de extensión de la peste negra y la misión de unos caballeros y un clérigo que van a la búsqueda de unos brujos que según dicen no están sufriendo la pandemia y por si fuera poco también resucitan a los muertos. Personalmente me sorprendó en positivo, con una buena ambientación y puesta en escena, actores solventes, y un guión coherente consigue meternos en la aventura de principio a fin. Tampoco promete nada que no pueda cumplir y aunque el epílogo sea quizás sobrante, no hay que reprocharle nada.

Continuamos el día con lo nuevo y esperadísimo de takeshi Kitano, Outrage (Autoreiji). Una cinta de corte clásico muy al estilo del director, estilo y temática que había avandonado en sus últimas producciones. La cola para entrar es pasmosa tanto para el público como para medios profesionales y prensa, la más larga hasta el momento. La película narra una historia entorno al mundo de los Yakuza donde la lucha de poderes y sucesión en diversas de las famílias por hacerse con el poder absoluto comportará una masacre total. Con la poética más brillante de la pluma fílmica de Kitano en torno a la violencia,  logra  conmovernos de nuevo con sus tránsitos emocionales que van del reposo , de la paz y el sosiego, al estallido de violencia más salvaje que puede concevir para volver a un estadio de reposo absoluto como si no hubiera pasado nada. La vida sigue.

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