EL RAYO DESTRUCTOR DEL PLANETA PROHIBIDO/LASERBLAST

Billy es un outsider. Vive completamente al margen de sus semejantes como si fuera un rebelde sin causa, aunque realmente está más cerca de ser un nerd repudiado por todo su entorno, incluida su propia madre que aprovecha cualquier ocasión para alejarse de él. Un día Billy encuentra en el desierto, tras ser multado y humillado por la policía local, un extraño aparato que parece una aspirador y que casualmente le encaja como un guante en el brazo. Se trata de una poderosa arma alienígena que ha quedado perdida y que combinada con un collar, por llamarle de algún modo, es un arma de destrucción total. Billy, sin mucho conocimiento, se la calza y consigue hacerla funcionar disparando a cualquier hierbajo que ve a su alrededor. Ha encontrado la mejor manera de expresar la rabia y frustración con las que vive. Lo que no sabe es que cada vez que utiliza el arma sufre una extraña transformación alien que lo convierte en una suerte de zombie cruzado con Hulk. Tras ser nuevamente humillado en una fiesta, en la que unos chulos intentan forzar a su chica, Billy decidirá impartir justicia entre todos aquellos que abusan de él de una manera u otra y empieza la fiesta de destrucción y asesinatos en una huida hacia delante sin mucho sentido. Mientras tanto, el uso del arma le irá generando algunas secuelas físicas, que irán a peor, y hará que unos extraños alienígenas, que parecen tortugas sin caparazón, lo localicen e intenten recuperar el arma perdida enfrentándose a Billy en una lucha final extravagante a más no poder.

Charles Band estaba buscando una nueva fórmula para dar un toque más actual a su cine, sobretodo después de haber realizado La mansión de los condenados (Mansion of the Doomed, Michael Pataki, 1976), y pensó junto a su guionista habitual Frank Perilli, esta suerte de Rebelde sin causa (Rebel Without a Cause, Nicholas Ray, 1955) remezclado con Carrie (ídem, Brian De Palma, 1976) y Encuentros en la tercera fase (Close Encounters of the Third Kind, Steven Spielberg, 1977). De hecho las referencias  a estos dos últimos títulos, realizados en años cercanos a esta producción, son bastante reconocibles y fáciles de vincular junto a ciertos guiños hacia La guerra de las galaxias (Star Wars, George Lucas, 1977), véase el momento en el que Billy se carga de un cañonazo láser un cartel de la película mientras se ríe a carcajadas como un enajenado, o el propio rayo láser que sale del arma que utiliza este, que se parece enormemente a los rayos láser de la mítica película de George Lucas. Incluso hay alguna línea de diálogo en la que un personaje dice «he visto Star Wars cinco veces». Laserblast (1978) es ante todo una película de venganza, la que el joven Billy emprende contra todos sus acosadores, sin duda de manera desmedida, pero a fin de cuentas venganza, que nos recuerda al arranque que le da a Michael Douglas en Un día de furia (Falling Down, Joel Schumacher, 1993) fruto de la frustración, el egoísmo y la injusticia.

El filme está dirigido por Michael Rae en la que sería su primera y última película como director en solitario, su alfa y omega en un acto de justicia poética por el bien de la humanidad. Es cierto que la experiencia de Rae como director era nula, apenas había realizado labores como director de segunda unidad en el filme Sinner’s Blood (1968) de Neil Douglas, en la que también realizó labores como coordinador de especialistas y productor. Después de Laserblast desapareció del mundo del celuloide aunque en All Movie le adjudiquen la autoría del guion de Alerta Máxima (Under Siege, 1992) de Andrew Davis protagonizada por Steven Seagal. Seguramente un malentendido creado por lo factible, si bien el guion de esta es del propio autor de la novela en la que se basa el filme, J. F. Lawton.

En esta ocasión Frank Ray Perilli firma el guion con Franne Schacht[1] en un mano a mano demencial, divertido por estrafalario y absurdo, en el que ambos se atreven a plantear temas de toda índole, desde el bullying, antes de que este fuera definido como tal, hasta otros temas más delicados como la responsabilidad de los padres hacia su progenie y los peligros que comporta descuidar de atención y cariño a los hijos. Cierto es que en Laserblast está llevado al extremo. La consecuencia del absentismo parental y las familias desestructuradas para este par de escritores kamikaces es sinónimo de autodestrucción y desmesuradas conductas violentas. No contentos con esto, se atreven a tocar otros temas delicados como la hipocresía de las fuerzas del orden, representada en el filme en dos policías locales imbéciles, unos loser totales que pasan de la ley por completo, que no tienen ética, se fuman la marihuana que confiscan, acosan a las jovencitas del vecindario y actúan injustamente y de manera abusiva contra Billy. O igual no es tan descabellado… Y por supuesto, la consecuencia de su amoralidad será su destrucción, ya que Billy no tardará en darles a probar una buena dosis de su rayo láser.

Probablemente el personaje de Billy, que interpretó Kim Milford, sea uno de los héroes de la pantalla más odiados por los espectadores. Gracias a la estupidez supina de las líneas de diálogo del prenda, regalo de los guionistas, y la aberrante interpretación de Milford, en lugar de empatizar con este y ver sus acciones como justicia divina, el espectador de a pie se ve irremediablemente arrastrado a desear que lleguen los alienígenas y le den tormento de una vez por todas a ver si se le pasa la tontería.

Afortunadamente los momentos de odio que produce el personaje de Milford se ven contrarrestados por la aparición de la actriz Cheryl Smith, que interpreta a su abnegada novia. Cheryl Smith participaría en algunas películas de Charles Band, interpretando a la protagonista de La otra cenicienta (Cinderella, 1977) o en pequeños papeles.

También destaca la aparición del actor Keenan Wynn, cuyo verdadero nombre era Francis Xavier Aloysius James Jeremiah Keenan Wynn, que interpreta en sus horas bajas al Coronoel Farley, el padre de Kathy, la novia del perdedor Billy Duncan. Keenan Wynn fue un actor con una trayectoria interesante, pero que por necesidades alimenticias acabaría apareciendo en Laserblast. Marca de la casa Charles Band fue la aparición en sus películas de viejas glorias caídas en el olvido o que ya no tenían lugar en las nuevas producciones del star system hollywoodiense, aunque Keenan seguía trabajando en pequeños papeles con cierta asiduidad.

Uno de los elementos más destacables en positivo, es la banda sonora que corrió a cargo de Richard Band, hermano de Charles Band, y de Joel Goldsmith, el hijo del reputado compositor de bandas sonoras Jerry Goldsmith, cuya realización les ocupó exactamente cinco días[2]. Y tampoco quiero decir con esto que sea una obra maestra o mínimamente destacable en el mundillo de las bandas sonoras porque no es así. La composición en general es bastante amateur, se nota que ambos compositores eran novatos, y la falta de coherencia en general es tan notable como en el desarrollo de la película. Richard Band dijo en alguna ocasión que no tenían ni idea de lo que estaban haciendo en aquel momento, que no sabían hacia dónde iban cuando estaban componiendo, y de hecho es algo fácilmente comprobable. Tampoco quiere decir esto que no haya algunos cortes en la banda sonora que funcionen bien en contexto con las imágenes. Es bastante interesante el uso de los sintetizadores, aunque la mayoría de los cortes, salvando el tema inicial y el final, son bastante ñoños y combinan de manera esquizofrénica el piano clásico, con el funk o el rock progresivo y psicodélico. Eso sí, no tratéis de escucharla a pelo. Se produjo una edición limitada (1000 copias) que duraba 46 minutos y tenía 25 cortes (de hecho todavía se puede adquirir en formato MP3 a través de Amazon o en CD en la propia página de la Full Moon). Muy recomendable para los fans de los años ochenta.

Junto a la banda sonora se merece una mención a parte la animación de los alienígenas en stop motion obra de David W. Allen, uno de los animadores de esta técnica mejor considerados que llegaría a rivalizar con Ray Harryhausen y Jim Danforth, ambos responsables de joyas como Cuando los dinosaurios dominaban la tierra (When Dinosaurs Ruled the Earth, Val Guest, 1970) o Furia de Titanes (Class of Titans, Desmond Davis, 1981) por citar dos ejemplos destacados. Allen además de convertirse en un colaborador asiduo de las películas que produjo Charles Band tanto en esta primera etapa, como en la etapa de la Empire e incluso de la Full Moon, participaría en prestigiosas películas aportando su arte como en Aullidos (The Howling, Joe Dante, 1981), El ansia (The Hunger, Tony Scott, 1983), Willow (ídem, Ron Howard, 1988), Los Cazafantasmas II (Ghostbusters II, Ivan Reitman, 1989), Cariño he encogido a los niños (Honey, I Shrunk the Kids, 1989) y cabe destacar necesariamente su participación en El secreto de la pirámide (Young Sherlock Holmes, Barry Levinson, 1985) confeccionando las alucinaciones que sufren los personajes cuando son alcanzados por los dardos venenosos que utilizan los seguidores de la secta, que le valdría una nominación a los premios Oscar a los mejores efectos visuales en 1985[3]. Otra cosa es que el estupendo trabajo de animación de Allen quede algo maltrecho fruto de la decisión de hacer que estos alienígenas se marquen unas charlas extraordinariamente largas en algunos momentos del metraje en una lengua, por supuesto alien e ininteligible, a la que los guionistas no les apeteció dar sentido y al director no se le ocurrió tampoco pensar que iba a ser un auténtico peñazo no poder leer lo que dicen, que está claro que no es nada, y sus apariciones se iban a convertir en otro elemento odioso de la película.

Laserblast es un auténtico compendio de despropósitos, tanto de guion, como de dirección, interpretación y especialmente de montaje y continuidad. Los fallos de raccord de la película son dignos de tener un capítulo aparte ya que van desde las apariciones y desapariciones constantes del collar que activa el laser, ahora aparece colgado del cuello, en el siguiente plano de la mano, en el siguiente no está en ningún sitio… a la aparición y desaparición de la lesión que le provoca el collar a Billy en el pecho que lo hace a placer, o la repetición de planos en el montaje que resultan de juzgado de guardia. Probablemente todos estos elementos son los que han hecho que Laserblast aparezca sistemáticamente entre las 100 peores películas en las listas de IMDB y que acabara siendo carne de cañón para el programa MST3K.

Laserblast fue distribuida y estrenada en cines el 1 de marzo de 1978[4] por Irwin Yablans Company, recordemos que las primeras producciones de Band fueron distribuidas por Group-1 hasta que decidió buscarse la vida tras el estreno de Cinderella, justo ocho meses después del estreno de Star Wars. Posteriormente fue distribuida en vídeo en 1981.

Desde un primer momento estuvo previsto realizar una secuela de Laserblast, que se titularía simple y llanamente “Laserblast II”, cuyo tagline iba a ser, «The ultimate alien weapon is back«. La película llegó a anunciarse, y solo su anuncio ya levantó ampollas entre algunos críticos. Por fortuna para todos, menos para la Charles Band Productions que estaba pasando por problemas económicos, la producción tuvo que pararse debido a problemillas de liquidez y el proyecto quedó descartado. Sin embargo la premisa argumental se acabaría haciendo servir en otra película de 1988 Deadly Weapon bajo el sello de la Empire Pictures.

Tras su estreno en salas, Laserblast apareció en el mítico programa estadounidense Mystery Science Theatre 3000 (conocido como MST3K) que ya hemos mencionado anteriormente. Un programa en el que el protagonista Mike Nelson y sus robots quedaban atrapados en un satélite y eran forzados a ver películas malas que iban comentando durante su emisión (aparecían sus siluetas a contraluz como si estuvieran sentados en un cine e iban lanzando chascarrillos). En el sexto capítulo del programa le tocó el turno a Laserblast. La emisión del programa se realizó en el canal Comedy Central hasta que pasó a emitirse en el canal Scy-Fi. En 2008 se editó en DVD un pack especial en lata por el 20 aniversario del programa, que contenía una figura de Crow T. Robot, lobby cards y las películas comentadas en el programa: First Space Ship on Venus (1960), Laserblast (1978), Werefolf (1996) y Future War (1997).

A día de hoy, Laserblast es una de esas películas para ver con los amigos y echarse unas risas con tanto despropósito involuntario, una comedia que no pretendía serlo pero que debido a su estilo desvergonzado y despreocupado por lo que respecta a su realización, dicho sea de paso, tiene que apechugar con las consecuencias y dar gracias por haberse convertido un poco en el hazmereír del pueblo. Un poco como Billy.

NOTAS:

[1] Quien solo firmaría otro guion en su corta carrera en el mundo del celuloide en la producción de Charles Band Fairy Tales (Harry Hurwitz, 1978) bajo el nombre de Frances Schacht. Decir que fue actriz como la clasifica IMDB es mucho decir ya que su única aparición en pantalla fue un cameo en Laserblast.

[2] http://www.musicweb-international.com/film/2006/feb06/laserblast.html

[3] http://www.imdb.com/name/nm0020406/?ref_=ttfc_fc_cr76

[4] http://www.imdb.com/title/tt0077834/releaseinfo?ref_=tt_dt_dt

Comparte este texto:

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*