Crítica Child of God (James Franco)

Childchild_of_god__movie_poster (2) of God, es la cuarta adaptación a la gran pantalla que se realiza de una de las novelas del escritor norteamericano Cormack McCarthy y la tercera que publicó el autor en 1973.

La novela de McCarthy, Hijo de dios, es un relato sobrecogedor que narra la vida de un pobre outsider, Lester Ballard, personaje aislado socialmente, criado en soledad desde los 10 años tras la muerte de su padre, incapaz de diferenciar lo socialmente correcto o incorrecto, sin capacidad alguna de relación social con sus semejantes (a priori, en parte también por voluntad propia) que se ve envuelto en una espiral de violencia, muerte y necrofilia. Un texto que recoge las características de su obra más temprana fundamentada en el aislamiento social, la perversidad y la violencia extrema como desarrollo humano estándar, enmarcado en parajes puramente rurales de la américa profunda, en parte fruto de la influencia de sus vivencias en su pueblo natal. Un texto fundamentado en una prosa hostil, afilada como una navaja, con una tensión permanente en la atmósfera del relato que oprime y asfixia, de una violencia omnipresente pero no siempre necesariamente explícita, con frases directas, relativamente cortas (a veces parecen pensamientos en mitad de los pensamientos de los personajes), guiado por un narrador omnisciente pero desconocido que no aparece durante el relato como personaje. Una obra perturbadora y sobrecogedora en su totalidad con un trasfondo crítico apabullante.

Son precisamente estos elementos los que James Franco se ha llevado consigo para determinar el estilo de su film, Franco es un fan declarado de la obra de McCarthy y quién conozca la obra de este huraño escritor americano, viendo Child of God tendrá claro que esto es así y está lejos de ser una postura artificial. Franco conoce la prosa de McCarthy al dedillo, los territorios turbios por los que se mueven sus personajes, y los retrata con un crudeza sobrecogedora.

La estructura de la película está dividida en tres partes como el libro con sus correspondientes intertítulos, como si se tratara del libro, algo anecdótico que pero que en mi opinión es una muestra de su intento de adaptación respetuosa que en realidad sirven para enfatizar las fases por las que pasa el personaje, si bien aunque no estuvieran se vería de manera obvia. Es simplemente un refuerzo prescindible pero no molesto. A lo largo de la narración veremos como el desahuciado Lester Ballard, huérfano desde muy temprana edad, que ha crecido aislado del resto de la sociedad en un estado algo asalvajado y fuera de los convencionalismos y las normas sociales que rigen el mundo que le rodea, es un paria en toda regla, se verá envuelto en una bajada a los infiernos que va en un increscendo que eriza la piel en un grado superlativo. Ballard tras ser expulsado de la propiedad perteneciente a su padre, se verá obligado a irse a vivir por la montaña hasta que ocupa una casa demadera abandonada en mitad del bosque. Este primer desencuentro social le marcará el resto de su desarrollo. Ballard se automargina más todavía, se aisla definitivamente del resto del pueblo y emprende una vida salvaje en la que recorre los bosques como un animal salvaje en busca de su propia comida, bien cazando, bien robando gallinas como si de un lobo o un zorro se tratara (magistral en su interpretación “animalística” de Scott Haze) enfatizando la soledad con la que ha vivido desde los 10 años.

Child-Of-God-e1403831527202

Llegados a este punto Ballard vivirá un suceso extraño, aterrador (para el público) y coherente con su condición marginal (apenas distingue ninguno de los valores morales de la sociedad, quizás como muestra de rechazo hacia el sistema que le rechaza) que marcará el tercer acto dela cinta. Y es el encuentro con el amor, pero ser trata de un amor bizarro, que nacerá del encuentro con unos jóvenes muertos. Ballard se llevará a la chica a su cabaña, tras tener sexo con el cadáver para vivir su particular historia de amor, porque en el fondo Ballard necesita amor, el amor que no ha tenido nunca. A partir de aquí todos los excesos son pocos, el bestialismo del personaje va a más, cada vez más cercano a un hombre primitivo en toda su esencia en una regresión personal hacia lo asocial y lo salvaje y la esencia primigenia del hombre. Tras un accidente en el que la cabaña queda arrasada por el fuego Ballard emprende su última parte del viaje hacia lo extremo y le descubriremos intentando recuperar ese primer amor que ha descubierto, fruto de su negligencia con el fuego de la chimenea, en otras mujeres que irá buscando para dejar tras de sí un reguero de cadáveres que guardará cariñosamente en una cueva a la que se traslada a vivir. Ballard ahora sí, vive su historia desesperada por amar y ser amado. Es posible que el desenlace choque a más de uno pero en el fondo no es un happy end como pueda parecer, se trata más de una especie de culminación de este canto a la libertad y crítica a la represión social de manera algo extrema, todo sea dicho de paso.

elle-01-james-franco-lgn

Hay que destacar la interpretación del actor Scott Haze en el papel de Ballard. Diría que ha llevado tan al extremo la interpretación que incluso es algo excesiva en algunos momentos, un trabajo interpretativo de método, sin duda. Ballard berrea, gruñe, moquea, babea y ver como lleva al personaje en su evolución hacia un estadio de salvajismo primigenio impresiona porque se me antoja un reto complejo para un actor, incluida su primera aparición en pantalla. No creo que muchos estuvieran dispuestos a darle el componente tan realista que aporta Haze al personaje. Al parecer Scott Haze se trasladó a Tenesse para preparar su personaje, vivió un tiempo en una cabaña aislada, en una cueva y llegó a perder 20 kilos para conseguir ese tono de marginado y salvaje que impregna a Ballard.

child-of-god-trailer

Una película muy recomendable que se inscribe en un territorio difuso entre el western, los serial killers, la crítica social y el ¿fantástico?…eso ya lo veo más pillado por los pelos, porque una cosa es la hibridación, la barrera difusa, cada vez más entre géneros, pero personalmente no le encuentro el componente fantástico a la cinta. Solo si partimos de parábola que lleva implícita en sí el concepto de cine fantástico. Y seamos claros. Jugar a eso es bastante tramposo y no todo vale para ser inscrito en el territorio del fantástico.

Por lo demás se trata de una cinta recomendable, muy recomendable sobretodo si no se ha leído previamente la novela. Y no porque el libro sea muy superior a la película, que lo es por motivos obvios, sino porque si uno ha leído la desgarradora y cruda obra de McCarthy, y tratándose de una adaptación bastante fiel, se pierden los elementos de sorpresa, uno ya sabe que viene y cualquier cosa imaginada durante la lectura conducida por la prosa del autor, se me antoja mucho más bárbara que la representada en pantalla.

Comparte este texto:

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*