A diario nos cruzamos con cantidad de desconocidos en la calle, en el metro, en las tiendas…Alguna vez me entretengo en el bus imaginando la vida que deben llevar algunas personas, pero lo que esta película me ha hecho plantearme es ¿me habré cruzado alguna vez con un asesino? ¿Con alguien capaz de hacer algo tan monstruoso como la antropofagia?
Jorge Michel Grau nos muestra en clave de terror las desventuras de una familia que habita en el un barrio marginal en la Ciudad de México que, tras perder a su progenitor intenta reponerse. Si ya de por si la vida les era difícil en un ambiente miserable, ahora la cosa se les complica y algún miembro deberá tomar las riendas y sacar a todos adelante. Alguien tendrá que hacerse cargo de la situación y procurar que esa noche se cumpla “el rito”.
Este macabro drama doméstico se desarrolla dentro de la atmósfera opresiva que es la oscura casa familiar, llena de extraños recipientes y bien marcada por los múltiples “tic-tac” de los cientos de relojes que cuelgan de la pared, los cuales parecen gritar a nuestros protagonistas: “¡El tiempo se agota!”. Es aquí donde empieza la lucha de la madre y de la hija (mediante la manipulación de sus hermanos) por el poder que dicte los pasos a seguir para tomar una nueva presa. La única forma de sobrevivir es comer carne humana.
A pesar de tocar un tema tan siniestro como el canibalismo, se trata desde la sutileza con escenas que sugieren más que muestran y que así nos causan quizás mucha más repulsión y agobio que si lo viéramos de forma explícita. Se me antoja que la película tiene incluso un aire vampiresco al estar la mayoría de escenas rodadas de noche y en interiores.
SOMOS LO QUE HAY eleva la degradación humana a su máximo exponente inspirándose en los relatos sobrenaturales que abundan desde el principio de los tiempos en el folclore de todas las culturas, y en la tendencia que tienen algunas zonas de la sociedad sudamericana a los rituales paganos de carácter milenario, magia negra y ceremonias satánicas. Las cuales últimamente han dado lugar a casos periodísticos conocidos que han sido fuente de inspiración para el director.
Mitad drama siniestro, mitad thriller, se aprovecha la ocasión para denunciar la corrupción policial y la inseguridad ciudadana que hay en países como México. Curiosamente en la vida real el actor Alan Chavez que aquí hace el papel de hijo rebelde, fue asesinado por la bala perdida de un policía en una reyerta callejera.
Peli bastante recomendable, así que ¡Bon appetit!
Por Mapi Linares
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