Holocausto Caníbal


HOLOCAUSTO CANÍBAL (Cannibal Holocaust, 1980)
Director: Ruggero Deodato/
Productores: Franco Di Nunzio, Franco Palaggi/
Guión: Gianfranco Clerici y Giorgio Stegani /
Fotografía: Sergio D’Offizi/
Música: Riz Ortolani/
Montaje: Vincenzo Tomassi/
Intérpretes: Robert Kerman, Francesca Ciardi, Perry Pirkanen, Percy Perkamin, Luca Barbareschi, Salvatore Basile
Duración y datos técnicos: 96 min. color.

Si en alguna ocasión topais de frente con una de esas listas prefabricadas que establecen el top ten de las películas más controvertidas de la historia del cine, es más que probable que entre las cinco primeras figure el título de Holocausto Caníbal.

En 1979, el director italiano Ruggero Deodato rodó Holocausto Canibal (Cannibal Holocaust), su segunda incursión en el género canibal tras Mundo Caníbal, Mundo Salvaje en 1976.

Holocausto Canibal cuenta la historia de Monroe, un antropólogo que viaja al corazón del Amazonas en búsqueda de cuatro reporteros desaparecidos meses antes  tras desplazarse hasta el denominado “Infierno Verde”, dispuestos a rodar un reportaje sobre los supuestos comportamientos antropófagos de las tribus locales.

Monroe se gana la confianza de la tribu de los Yanomani y logra que le entreguen las grabaciones de video que el grupo de reporteros llevó a cabo durante su estancia en la selva.

Tras analizar cuidadosamente las grabaciones, Monroe recomienda a los ejecutivos del canal de televisión que pretende emitirlas, que cesen en su empeño. Monroe califica las imágenes de obscenas, inhumanas y no aptas para presentarlas al gran público. Sin embargo no consigue convencer a los ejecutivos, quiénes deciden, finalmente, contemplar por sí mismos el contenido de las grabaciones.

La reacción de la sociedad italiana y de sus poderes fácticos tras el estreno de Holocausto Caníbal fue, prácticamente, inmediata. Famosa es la anécdota de la carta que el gran Sergio Leone le remitió a Deodato tras el visionado de la película, en la que, entre otras cosas le decía: “Querido Ruggero, ¡qué película! La segunda parte es un obra maestra del realismo cinematográfico, pero todo parece tan real que creo que te meterás en varios problemas». Y así fue. Los problemas no tardarón en llegar, y Holocausto Caníbal fue retirada de las salas de cine diez días después de su estreno en Milán el 7 de Febrero de 1980. La polémica estaba servida…

Sobre la obra de Deodato recayó la sospecha de tratarse de una auténtica snuff movie, en la que los cuatro reporteros perdieron realmente la vida en la selva amazónica. Deodato, sin duda alguna, no era ajeno a dicha polémica. Más bien todo lo contrario. Su intención al rodar una película como Holocausto Caníbal (más allá de posibles dobles lecturas) siempre fue conseguir que el público creyera que todo el horror que estaba contemplando en la pantalla era real. Que todo lo que cuenta Holocausto Caníbal ocurrió realmente. A ello contribuía el estilo de falso documental (heredado de las mondo movies de principios de los 70) y unos efectos gore que, si bien no son tan extremadamente realistas como se ha afirmado en algunas ocasiones, si resultaron absolutamente efectivos en su época (en España, la revista Interviú publicó un extenso reportaje en el que se presentaba la película como si fuera un documental real) .

La prueba definitiva de que Deodato era plenamente consciente del brutal impacto que su película podía tener en la sociedad italiana de la época, la encontramos en el contrato que hizo firmar a los cuatro actores que interpretaban a los reporteros, en el que estos se comprometían a no aparecer en ningún medio público durante el año posterior al estreno de Holocausto Canibal.

Por supuesto, pese a que Deodato pudiera prever que su película estaba destinada al escándalo y la polémica, posiblemente la magnitud de las reacciones surgidas en contra de la película le acabara cogiendo por sorpresa. Cuando la justicia italiana tomó cartas en el asunto, Deodato no tuvo más remedio que acudir a un pograma de televisión y mostrar al gran púlbico a sus cuatro protagonistas… vivos.

Peor lo tuvo cuando intentó demostrar ante las cámaras el trucaje que se escondía tras la famosa secuencia de la indígena empalada (mi primer recuerdo de Holocausto Caníbal es el de un VHS del video-club de barrio que, siendo un crío, jamás me atreví a llevarme a casa por culpa de su atroz carátula, en la que se mostraba a la mencionada chica empalada). Por más que lo intentó, Deodato no convenció a nadie a la hora de explicar el trucaje, lo cual, unido al hecho de que la chica en cuestión jamás apareció ante los medios, provocó que las dudas ante la veracidad de las imágenes de Holocausto Canibal persistieran en algunos sectores.

Una vez despejada la duda de la integridad de sus protagonistas, Holocausto Caníbal tuvo la oportunidad de continuar su carrera comercial, con resultados más que aceptables.

Pero el paso del tiempo no hecho disminuir el carácter polémico de la propuesta cinematográfica de Deodato. Sus muchos detractores siguen considerándola basura fílmica. Un film que, agazapado tras un supuesto mensaje social, apela únicamente al asco y al morbo del espectador, ofreciendo un amplísimo abanico de abusos sexuales, violaciones, torturas, asesinatos, antropofagia y sacrificio real –esta vez sí- de animales (algo que Deodato jamás negó y que en ocasiones intentó justificar afirmando que después de matarlos, se los comían; o incluso afirmando que la inclusión de las escenas en las que se mataban animales –tortugas, monos, arañas… – respondía a la demanda del público asiático de dichas imágenes ¿?. Tras su estreno en Japón, Holocausto Caníbal se convirtió en la segunda película más taquillera en el país del sol naciente, tan sólo precedida por el E.T. de Spielberg).

Por otro lado, sus muchos defensores siguen considerando Holocausto Caníbal como una inteligente denuncia de la opresión del hombre civilizado hacia el tercer mundo, y de la violencia y el morbo como fines perseguidos y alentados por los medios de comunicación. Incluso hay quiénes han querido ver en Holocausto Caníbal un documento válido, desde un punto de vista antropológico, sobre el comportamiento de las tribus caníbales de determinadas zonas de la selva amazónica, algo que no se sostiene por ningún sitio.

Personalmente siempre he creído que Rugero Deodato demostró con Holocausto Caníbal ser un tipo muy listo. Desde un punto de vista cinematográfico su obra siempre me ha parecido impecable. Si su objetivo era construir una gran controversia a través de unas imágenes de violencia extrema que muy probablemente provocarían dudas sobre su veracidad en el público de la época, es evidente que su habilidad y su sabiduría como cineasta puestas al servicio de Holocausto Canibal están fuera de toda duda. En este sentido, su decisión de hacer girar el guión de la película en torno a la recuperación de un material grabado en plena jungla (un material grabado cámara en mano y con un tono documental) siempre me ha parecido sencillamente magistral. Por mucho que hoy en día el tema de la cámara en mano y el falso documental nos parezca un recurso más (incluso sobreexplotado en los últimos tiempos), lo cierto es que la maniobra de Deodato, uniendo los principios sensacionalistas del mondo y el exceso y la náusea del gore, resultó totalmente innovadora y tremendamente eficaz en el momento en que se estrenó Holocausto Canibal (todo un precursor de La Maldición de la Bruja de Blair).

Si su intención era esconder un gore malsano e irresponsable bajo un manto de denuncia social que, de algún modo, mitigara el cúmulo de barbaridades que estaba a punto de mostrarle al mundo… objetivo más que cumplido. El mensaje de denuncia está ahí. Corresponde al espectador decidir si lo acepta como un mensaje apto, asumible; o si la crudeza e injustificación de sus imágenes (especialmente el maltrato a animales) invalidan cualquier tentativa de mensaje.

Y si únicamente quiso ofrecerle a los espectadores un gore radical, una película difícil de olvidar y una obra cuya capacidad de crear polémica sobreviviera, con fuerza, al paso del tiempo, no hay nada que reprocharle a Deodato.

Por mi lado tan sólo me queda recomendar la película… y después que cada uno decida.

AUTOR: Joan Lafulla www.almasoscuras.com


Comparte este texto:

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*